Entra Dario Barassi (39) a los pasillos de eltrece y saluda a uno, hace un chiste a otro, le grita a alguien a lo lejos, le grita "¡Domi!" a Dominique Metzger. "¿Todo esto es por mí?", dice, antes de su entrevista con Ciudad. Está por debutar con Ahora Caigo, su nuevo ciclo, y está en "modo encendido".
Se trata de un formato de preguntas y respuestas donde los concursantes son arrojados al vacío, pero es mucho más.
El conductor que aireó la tele del último tiempo con 100 argentinos dicen, gracias a sus dotes de showman y el histrionismo del actor, regresa fiel a su único modo, hoy a las 18.30 por la pantalla de eltrece. Ahora Caigo se emitirá de lunes a viernes.
Efervescente, incorrecto y lúdico. La fórmula auténtica de Darío Barassi.
-¿Cómo es esta vuelta a eltrece?
-¡Ay, el gran regreso de Barassi!... Chicos, a quién le importa. Veo que hay mucha movida y me gusta porque me hace sentir importante. Estoy con muchas ganas de hacer un programa de entretenimientos. Extrañaba la pantalla del canal y estar jugando con personas. Tuve este primer semestre la oportunidad de actuar, pero 100 argentinos dicen sembró la semilla del conductor y tenía ganas. Es un programa que marcó un antes y un después en mi carrera. No estaba radicalmente en los planes pero apareció la propuesta y dijimos “vamos para adelante”. Me entusiasma y me desafía más con un programa como Ahora Caigo que es una bomba.
-¿De qué se trata?
-El formato es espectacular. Estoy viendo la versión española y es un programa de preguntas y respuestas. Se premia un poco más el conocimiento, pero algo que usted señora y señor pueden acceder con facilidad. Las respuestas son accesibles y aparecen letras para ayudar a los participantes como si fuera un Ahorcado. Me gusta porque se premia el conocimiento como la rapidez y quienes están en la casa también pueden jugar. El diferencial es que están en una estructura hecha en altura de 3 metros de altura donde aquel o aquella participante que se equivoca, se abre una plataforma y cae a una fosa que, creo, tiene cocodrilos, tiburones, musgos y fotos de Barassi desnudo. O sea, es el peor destino de una persona. A mí que soy una persona con vértigo, tener que dar una buena respuesta y encima tener la presión de que si te equivocas, caés le suma un plus a este juego.
-Vas a disfrutar de ese momento en el que la gente caiga, ¿no?
-(Risas) Apenas me lo ofrecieron al formato lo que más me gustó fue lo lindo de ver caer gente. Yo pensé que tenía la potestad de apretar un botón y abrir el piso para que se caigan, pero no tengo ese…
-¡Qué feo! ¿Se puede hacer ese cambio?
-¡Muy feo! Esperemos que se pueda, viste que yo soy un gran deformador de fortamos y creo que voy a poder meter unas cositas. Ya me dijeron que tengo que ser amable, que no tengo que disfrutar de las caídas de las personas. Tuve una reunión puntual donde me dijeron “no disfrutes cuando la gente se cae”. ¡Qué persona en el mundo no se ríe cuando alguien se cae! Bueno, haré el esfuerzo para decir “uy, pobre, se cayó”, pero sepan que lo voy a estar disfrutando.
-¿Cómo fue la abstinencia de conducción?
-Fueron aproximadamente seis meses, más o menos. Me vino muy bien. 100 argentinos… fue un cimbronazo en mi carrera. Sentía que ya había cumplido un ciclo. No lo sentía ni desgastado, ni que yo lo quería dejar de hacer. Al contrario, me encanta el formato y siento que hasta en el algún momento lo puedo volver a hacer. Fue para darle un descanso. Sentí que le había dado todo al formato y el programa me dio todo lo que tenía para darme. Así que sentí que estaba bien tomarme un recreo. Por suerte tengo una carrera muy angelada. Estoy viendo si ahora puedo meter algo de teatro.
-¿Qué encontraste en la conducción?
-Descubrí que hay algo de la conducción que me resulta pasional. Cuando arranco un programa me pongo como en modo actor, en modo teatro, y salgo a hacer una función. También me gusta de Ahora Caigo es que tampoco va a depender tanto de la impronta del conductor. Hay muchas preguntas y respuestas y el juego de por sí es el protagonista. No paro de verlo, previo a conducirlo. Estoy como atrapado con mujer tratando de sacar las respuestas. Mi mujer es buena y también juego con Emilia, mi hija de cuatro años, que es pésima. Pero bueno. ella tiene cuatro años y yo, cuarenta (risas).
-¿Qué hiciste en este tiempo de descanso?
-¿Descanso? Recién me dijeron si me había tomado un tiempo sabático y no sé lo que es descansar.
-Pero puede ser una actividad como un curso de porcelana fría, pintar mandalas.
-¡Hice un curso de cerámica! (risas). Le enseñé todas las letras del abecedario a mi hija, por lo que me siento muy realizado. Enseñé a mi hija Inés a que pueda comer la banana directo de su mano porque antes se la pisaba. Un poquito de vacaciones tuve, me fui a Uruguay al principio de año, pero después estuve grabando una serie para una plataforma que me demandó mucho tiempo y no mucho más. Estaba trabajando a pleno. Fui papá por segunda vez y eso cambia la rutina de cualquier familia. Y también hace dos o tres meses venimos hablando, pensando en cuál era el formato para volver.
Video y edición: Fernando Halperín