Mujer de convicciones fuertes, Cristina Pérez (42) se entregó por completo a una entrevista íntima a corazón abierto, donde habló de la maternidad, de su forma de actuar a la hora del amor y de los prejuicios que enfrenta por haber decidido no tener hijos.
“Soy soltera por vocación (se separó de su última pareja, el millonario sojero Gustavo Grobocopatel). También me gusta estar en pareja, que no es lo mismo que querer casarme. Hay hombres que lo entienden, y otros que no”, expresó la conductora de la segunda edición de Telefe Noticias y Confesiones en la noche, ciclo radial de radio Mitre, en diálogo con la revista , donde además realizó una sensual producción de fotos.
“Me impresiona que en este país siga siendo noticia –y me hagan bullying- porque elijo no ser madre. Incluso algunos me miran como si fuera una monstruosidad. A muchos les cuesta entender que yo no quiera para mi vida el formato del matrimonio. Venimos de épocas en las que vivíamos en automático".
“Me impresiona que en este país siga siendo noticia -y me hagan bullying- porque elijo no ser madre. Incluso algunos me miran como si fuera una monstruosidad. A muchos les cuesta entender que yo no quiera para mi vida el formato del matrimonio. Venimos de épocas en las que vivíamos en automático. Me pregunto si la gente que se casa y tiene un hijo porque realmente quiere hacerlo… o si lo hace porque todo el mundo se casa y tiene un hijo. Yo amo lo que hago. No dependo del sueño de la Cenicienta. Si hay príncipe, genial. Si no, ¡todo bien!”, agregó.
Luego se refirió a los comentarios que recibió por poner en duda el ser mamá: “Me decían ‘ya te vas a arrepentir’. No es que no me lo pregunté. Porque cuando estás en pareja, tenés la necesidad de trascender. Pero yo nunca quise poner el cuerpo. No lo sentí. Y me lo permití. Siempre encontré otras búsquedas para crecer en pareja”.
“Ojalá no me enamore ahora, ¡porque estoy muy ocupada! Cuando me enamoro me pongo estúpida. Al amor no lo buscás, te encuentra. Y uno no elige a la persona: está probado neurológicamente. Todo salta por el aire. Eso es lo lindo”.
“Entré en crisis y lo cuestioné. Mi ginecólogo me lo preguntaba en cada consulta y me advertía que me podía arrepentir. Un día le dije: ‘¿Sabés qué, Daniel? ¡No me lo preguntes más! Si quiero, te voy a decir’. Y quedamos en hablar a los cuarenta. Ahí lo analizamos. Le volví a decir que no quería ser madre y me habló de congelar óvulos. Le dije que no soy una oveja ni un cobayo de laboratorio. Que simplemente no tenía ganas… Y que no iba a hacer nada por si me arrepentía. Corrí el riesgo. Así es la vida. Siempre hay pérdidas. Nadie que viva en este mundo está exento de haberse equivocado en algo… si fuera ése el caso. Por eso me parece muy fuerte que titulen: ‘Confesó que no quiere ser madre’. Como si fuera una barbaridad”, continuó.
Por último, fue muy clara al hablar de sus deseos de enamorarse: “Ojalá no me pase ahora, ¡porque estoy muy ocupada! Cuando me enamoro me pongo estúpida. Al amor no lo buscás, te encuentra. Y uno no elige a la persona: está probado neurológicamente. Todo salta por el aire. Eso es lo lindo”.
Fotos: revista Gente.