Su presente es armónico y feliz. Florencia Peña (42) está embarazada de tres meses, fruto de su amor con Ramiro Ponce de León (43) y transita con plenitud esta nueva etapa de su vida. “Ser mamá a los 42 es mágico… Por primera vez un hombre me ama sin querer cambiarme nada”, sostuvo la actriz de Quiero vivir a tu lado en la revista Gente, medio en el que confirmó la llegada de su tercer hijo. Flor ya es mamá de Tomás (14) y Juan (8), de su relación pasada con Mariano Otero.
Sin embargo, la sonrisa que hoy se le dibuja naturalmente en la cara dejó de brillar en 2012, año en el que terminó su vínculo sentimental con el padre de sus varoncitos. Y, en nota con el semanario, ella misma lo definió con el momento más angustiante de su vida. "¿Cuál fue el gran golpe que provocó aquel KO?", le preguntó el periodista. Y Peña confesó: "La separación de Mariano. Jamás sentí tanto dolor. Veía los pedazos de mí misma y pensaba: '¿Qué hago?'. El estallido me agarró con la guardia baja: lo de Sr. y Sra. Camas fue un yunque, no sólo por las deudas, también por las agresiones", rememoró.
"¿Cuál fue el gran golpe que provocó un KO? La separación de Mariano. Jamás sentí tanto dolor. Veía los pedazos de mí misma y pensaba: '¿Qué hago?'".
"¿Si él me dejó? Sí, reaccionó primero. Ya no estaba bueno lo que éramos cuando estábamos juntos. No es fácil estar conmigo, ni con ningún famoso. No se bancaba mi modo extrovertido de encarar la popularidad y yo no podía torcer mi naturaleza. Mis hijos iban y venían con el andador en los estudios de televisión, pero con Mariano jamás pude compartir mi carrera. Éramos dos artistas con una relación muy intensa, para lo bueno y lo malo", agregó Florencia, asumiendo públicamente que con Otero la profesión los unía y desunía.
Atento a sus palabras, el periodista de Gente le puso otro momento laboral en escena: "Pero mientras se te veía espléndida en la pista de ShowMatch". Y ella sorprendió con su dolorosa respuesta: "Pesaba 46 kilos. Yo me excusaba: '¡Dale, vamos! ¡Bailar me hace bien!'. Llegaba a casa y era otra. Te juro que deseé morir".
"Durante un tiempo tuve un acompañante terapéutico viviendo en casa. La idea de que mis hijos crecieran con sus padres separados me torturó durante mucho tiempo".
Dispuesta a ahondar en ese complejo pasado, Peña expresó: "Es literal. Sí, durante un tiempo tuve un acompañante terapéutico viviendo en casa. Tomaba Zoloft y Rivotril para poder salir a trabajar... Estaba en juego el fracaso familiar. La idea de que mis hijos crecieran con sus padres separados me torturó durante mucho tiempo. Mis viejos están casados hace 45 años. Siendo la mina más power, me costó superar ese mandato. No encontraba modo de abrir mi corazón. Daba por perdido volver a enamorarme".
Sin embargo, en marzo de 2013, el destino le puso en su camino a Ponce de León y Peña pudo comenzar a escribir una nueva y feliz historia.