Los diez acusados de haber matado a golpes a Fernando Báez Sosa a la salida del boliche Le Brique en Villa Gesell se encuentran detenidos en la alcaldía de la cárcel de Dolores, alejados del resto de los internos.
En Nosotros a la Mañana contaron detalles de cómo son los días en prisión de los rugbiers Luciano Pertossi (18), Ayrton Viollaz (20), Matías Benicelli (20), Alejo Milanesi (20), Blas Cinalli (18) y Juan Pedro Guarino (19), Máximo Thomsen (20), Enzo Comelli (19), Ciro Pertossi (19) y Lucas Pertossi (20).
Sandra Borghi contó que los jóvenes habrían pedido contención espiritual y aseguró: “Rechazan mucho a los celadores, no saben cómo relacionarse con ellos. Me dijeron 'creen que están en el colegio', es como si tuvieran una mirada despectiva hacia los trabajadores de la cárcel. Máximo Thomsen es el vocero de grupo, los demás poco y nada. Lo que más hacen es llorar y quedarse encerrados en la habitación”.
Luego, Paola Atayro, periodista de Dolores, dijo en comunicación telefónica: “Dejame dudar de que el pedido de contención espiritual sea una estrategia porque quieran ingresar al pabellón evangélico. Están muy asustados, esa es la realidad. No saben cómo manejarse por el miedo. Cada vez que los mueven de la alcaldía, por ejemplo, para ducharse se les nota el miedo en el cuerpo”.
"Cuando los sacan de la alcaldía tienen un mínimo pase por un sector donde el resto de los internos los pueden ver y ahí es donde los otros presos les gritan cosas"
Entonces, Atayro reveló qué ocurre cuando los otros internos los ven: “Cuando los sacan de la alcaldía tienen un mínimo pase por un sector donde el resto de los internos los pueden ver y ahí es donde los otros presos les gritan cosas. Obviamente, esto hace que tengan mucho más miedo porque están jugando con su psicología. Hoy por hoy físicamente no les pueden hacer nada y ojalá no les hagan nada pero están jugando mucho con su cabeza, por eso el miedo constante que tienen”.
Y agregó que Thomsen, señalado por los testigos como quien más le pegó a Fernando, es es quien recibe mayor cantidad de gritos: “A Thomsen le gritan mucho. Le dicen 'vení a pegarme a mí, vení a patearme, a ver si acá también querés pelear'. Es al que más le gritan, y se ve en su lenguaje corporal cómo su cuerpo grande se va achicando. Es impactante. A Thomsen lo tienen entre ceja y ceja, lo tienen en la mira. Él tiene mucha actitud soberbia, como que todavía no bajó a la realidad de que mataron a una persona”.