Christophe Krywonis (50) es uno de los personajes más entrañables de MasterChef y MasterChef Junior. Aprovechando la finalización de las grabaciones de los realities culinarios, el francés aprovechó para saldar una cuenta pendiente: bajar de peso.
Christophe viajó a Icho Cruz, Córdoba, para internarse en La Posada del Qenti, un reconocido hotel y spa donde comenzó un tratamiento para adelgazar. Allí, mantuvo una charla a fondo con revista Pronto, en la que confesó: “Mi adicción es el morfi y sé que lo que tengo es un problema”.
Christophe, sobre los 142 kilos que llegó a pesar: “Me asusté, tome conciencia, me preocupé. Una persona una vez me dijo ‘No hay gordo feliz’. La frase me impactó, la mastiqué mucho y la cabeza me hizo un click".
Desde que llegó a Argentina, Krywonis aumentó 65 kilos y sorprende al revelar cuánto fue lo máximo que llegó a pesar: “Ufff, 142 kilos. Aquí, a la Posada del Qenti, llegué con 135 y medio y estoy en 129. Bajé 6 kilos en 10 días”.
¿Cómo es el tratamiento que realiza? “La idea es concientizarse no a partir de charlas o terapias sino solo. Te dan de comer y te piden que pienses en lo que estás comiendo. Uno se tiene que tomar el tiempo para masticar, ingerir y degustar los alimentos. Por reloj, tardo el doble en comer que lo que tardaba antes. Esto te quita el estrés, todo de manera natural. Voy a la pileta, me hacen masajes, participo en algunas charlas. Hay doctores que me hacen chequeos y me controlan”.
Christophe reconoce que se asustó al ver que la aguja de la balanza marcaba 142 kilos: “En principio, me asusté, tome conciencia, me preocupé. Una persona una vez me dijo ‘No hay gordo feliz’. La frase me impactó, la mastiqué mucho y la cabeza me hizo un click. Cuando noté que me costaba caminar, levantarme, ponerme los zapatos, pensé: ‘la pucha, no soy tan viejo’. Encima es difícil salir de la malicia del tema porque cuando te ven gordo, te dan dos porciones en vez de una. Y tuve dos historias fuertes que me hicieron tomar conciencia y empecé a pensar en cuidarme”.
"Tuve dos historias fuertes que me hicieron tomar conciencia y empecé a pensar en cuidarme. Me refiero a la muerte de dos amigos entrañables. Uno murió por sobrepeso en Uruguay y el otro también por lo mismo seis meses después. Tenían seis o siete años más que yo y sus muertes me impactaron mucho".
Esas historias que menciona Christophe remiten a dos pérdidas muy fuertes: “A la muerte de dos amigos entrañables. Uno murió por sobrepeso en Uruguay y el otro también por lo mismo seis meses después. Tenían seis o siete años más que yo y sus muertes me impactaron mucho. Tenían 55 y 57 años. Sucedió a fines de 2013 y comienzo de 2014. Yo estaba empezando a grabar MasterChef cuando sucedió eso”.
Sobre el final, agregó sobre cómo le “pegó” el tema: “Mal y bien. Mal porque eran dos grandes amigos Luis y Sergio, quienes casualmente eran cocineros y uruguayos. Tomé conciencia pero la vorágine del trabajo me comió crudo. En dos años, se quintuplicó mi trabajo y subí de peso. Mi cuerpo dijo basta: estaba grabando algo para Telefe cuando empecé a sentir vértigo, se me bajó la presión y el doctor me aconsejo que bajara los decibeles. “Si no te voy a tener que internar”, me dijo. En diciembre pasado decidí venir a internarme”.