Una personalidad fuerte y un paladar exigente fueron los ingredientes que llevaron a Christophe Krywonis (51) a debutar en televisión hace dos años como uno de los temidos jurados del exitoso reality culinario MasterChef.
Así, entre cacerolas, espumaderas y cámaras, el reconocido chef francés logró mostrar una inusitada faceta, más cálida y divertida. Un costado que no tardó en convertirlo en el favorito del público, que a partir de esta semana lo podrá disfrutar al frente de su nuevo programa, Pesadilla en la cocina (viernes, 21 hs. por Telefe).
Con el mismo ímpetu que lo llevó a dejar todo en Francia hace 30 años y venir a la Argentina para instalarse en un país del que no conocía absolutamente nada (“¡llegué a Las Leñas en camisa hawaiana!”), Christophe no dudó en aceptar la propuesta de ponerse al frente de este nuevo proyecto. Esta vez, intentará ayudar a los dueños de restaurantes en problemas, juzgando lo que se hace mal en el negocio y brindándoles soluciones.
- ¿Cómo te estás preparando para Pesadilla en la cocina?
- ¡Ya estoy a full! Hay historias increíbles para transmitirle a la gente. Son historias que no se imaginan que pasan en las cocinas: situaciones extremas, dolorosas, apasionantes, dramáticas y alegres. Hay de todo, es muy interesante la propuesta.
- ¿Qué es lo peor que puede pasar en un restó?
- Lo peor que puede pasar es que no tengan ganas de cambiar las cosas. Después, la parte de higiene en general es un verdadero tema. Es raro ver gente que no se da cuenta de que su cocina está sucia. No sé cómo hacen para vivir así en su vida personal. Esas cosas me parecen terribles y me ha pasado de encontrarme con esas situaciones en el programa.
"Mi familia y amigos son muy importantes, siempre lo han sido y siempre lo serán. Son la espina dorsal del equilibrio, los que te traen a tierra si te vas de mambo y te dicen ‘acordate quién sos y de dónde venís’".
- ¿Sentís la presión por ser el único chef y no estar junto a Germán Martitegui y Donato De Santis, tus históricos compañeros de MasterChef?
- Sí, claro. Es un gran desafío, valoro mucho que Telefe haya confiado en mí y espero estar a la altura. Entre mis excompañeros hay una gran alegría. Tanto Germán como Donato están re contentos. Incluso Mariano Peluffo y Marley (conductor de Dueños de la cocina) también me mandaron mensajes deseándome lo mejor. Toda la gente con la que he trabajado me dio su apoyo.
- En tu vida personal cuando vas a un restó sin cámaras, ¿lográs relajarte o la mirada de jurado sigue siempre latente?
- Obvio que me relajo sino sería insoportable (risas). ¡Soy una persona normal! No soporto la mediocridad pero si me pasa eso soy más de callarme la boca e irme. No me interesaría hacer un escándalo en un restaurante, soy lo opuesto. Eso sí, no como el plato y no vuelvo más. Cuando llego a un lugar es tremendo y noto la presión que sienten cuando me sirven. Pero rápidamente se dan cuenta de que soy una persona normal.
- En el verano dijiste que la comida era tu única adicción y que llegaste a pesar 140 kilos, ¿lograste vencer ese problema?
- Estoy cuidándome pero el sobrepeso sigue estando porque subo y bajo. Lo que sí es verdad es que soy una persona mucho más tranquila y serena, hago mucho más deporte y tengo una tonificación muscular que me permite aguantar el sobrepeso y trabajar muy bien todo el día. Me encantaría pesar menos de lo que peso ahora porque es un factor relevante, pero no el más importante. Yo estoy en busca de la felicidad y para eso tengo que lograr paz interior. En ese sentido voy bien, estoy muy tranquilo.
- ¿Sentías que necesitabas un cambio de vida?
- La vida es un eterno cambio. Estoy adaptándome a este nuevo mundo de la televisión, intentando ser una persona plenamente segura y tranquila a la hora de trabajar y en mi vida. Estoy muy bien, estoy pasando un buen momento anímico.
- ¿Cómo te afectó la fama a esta altura de tu vida?
- Hay un antes y un después. Una vez que salís en la pantalla chica tu vida no es la misma. Hay que saber adaptarse a eso. Hay lugares a los que no voy y, si voy, no es para ser visto sino para pasar un buen rato. Mi familia y amigos son muy importantes, siempre lo han sido y siempre lo serán. Son la espina dorsal del equilibrio, los que te traen a tierra si te vas de mambo y te dicen ‘acordate quién sos y de dónde venís’. Por suerte tengo de esa gente todos los días en mi vida.
- ¿También te encontraste con personas que se acercan por tu fama?
- Esa gente se va como viene, rápidamente, porque no le doy bola. Ojo, he conocido gente maravillosa gracias a la televisión. Estoy muy contento de ser reconocido por el público en general pero también de forma más personal. Más allá de eso, sigo siendo el Christophe de siempre y me enorgullezco de serlo.
"Si no admiro a la persona que quiero seducir y que me seduzca, es muy difícil entablar una relación. Se pueden admirar muchas cosas; no necesariamente debe ser la inteligencia. Me gusta la mujer femenina, con personalidad. No me interesa ni la sumisión ni la ostentación o la soberbia".
- El año pasado nos contaste que estabas en pareja con una decoradora de interiores, ¿cómo estás hoy en el plano sentimental?
- Sí, esa historia no funcionó. Ahora estoy solo y tranquilo.
- ¿Tenés ganas de conocer a alguien?
- Las ganas pueden estar pero no es tan fácil. Tengo una vida bastante tranquila: termino de grabar y me voy a mi casa. Algunas veces voy a cenar con amigos pero soy muy casero. Entonces, es difícil conocer a alguien en esta situación. Pero estoy muy bien en este momento.
- ¿Qué tiene que tener una mujer para conquistarte?
- Principalmente, la tengo que admirar. Si no admiro a la persona que quiero seducir y que me seduzca, es muy difícil entablar una relación. Se pueden admirar muchas cosas; no necesariamente debe ser la inteligencia. Me gusta la mujer femenina, con personalidad. No me interesa ni la sumisión ni la ostentación o la soberbia.
- Uno pensaría que con la fama es más fácil conocer a alguien…
- Es así, por supuesto que es re fácil conocer mujeres al salir en la televisión. ¡Aunque no fue mi propósito cuando acepté estar en los programas! Pero sí es cierto que mucha gente se me acerca, tanto mujeres como hombres. Yo me río y sigo mi camino, tanto con los hombres como con las mujeres (risas).
- ¿O sea que por ahora ninguna candidata te ha conquistado?
- No y no estoy desesperado. Pero sé que hay una mujer para mí en algún lugar y el día que aparezca estaremos juntos.