Luego de que varias mujeres denunciaran públicamente a Roberto Pettinato por acoso, Mariela “la Chipi” Anchipi también contó su mala experiencia con el conductor.
Si bien en un principio prefirió no dar detalles de lo que vivió y solo atinó a decir que “no volvería a trabajar” con él, el viernes fue a Intrusos y habló a fondo sobre el acoso que padeció mientras trabajaba con Roberto en Petti en vivo, un ciclo que Azul TV (hoy elnueve) emitió en 2001.
"Él para mí es un imbécil. Sabía que se le venía todo esto, como yo debe haber veinte o treinta más".
“No solo me tocaba, el manoseo es lo de menos. Es la agresión que viene después del rechazo. Es la exposición. Lo que más me molestaba era que él se sintiera con el poder de hacerlo adelante de cámara, de todso, porque era bailarina. Después me enteré que a otras personas se lo hacía en un ámbito más privado. A mí me lo hacía abiertamente adelante de todo el mundo porque era bailarina”, arrancó contando la mujer de Dady Brieva.
“Era maltrato. Porque para mí es un maltrato. Ponele acoso, ponele la palabra que quieras, era maltrato”, definió la bailarina. Además, afirmó que Dady le insistió para que contara lo que le pasó: “Siempre me dijo que lo contara, que lo exponga”.
Cuando Jorge Rial le preguntó “¿te tocaba, se te tiraba encima?”, ella respondió: “Sí. Me acorralaba. El otro día me encontré con dos amigas, que eran bailarinas también en esa época, y me hicieron acordar un montón de cosas que yo había bloqueado, como que me chupaba la espalda”, dijo poniendo cara de asco.
"A él le causaba gracia hacerme ese daño y que yo llorara. No cambió la actitud cuando mi coreógrafa le habló. Él siguió en la misma".
Sobre cómo reaccionaba el entorno ante la situación, la Chipi contó: “Lo hacía delante de todo el mundo y nadie lo paraba. Yo era una de las más jóvenes, tendría como 20 años, era muy sonsa y me ponía a llorar. La gente de alrededor me decía ‘no le des bola’ pero nadie lo paraba. Tuve la suerte de contar con una coreógrafa que le fue a decir ‘por favor, pará con esta situación porque esta chica es muy sensible, llora’. No quiero dar la respuesta que le dio. Pero a él le causaba gracia hacerme ese daño y que yo llorara. No cambió la actitud. Él siguió en la misma”.
“Tenía pequeños momentos de satisfacción, que era cuando me lo encontraba en eventos públicos y él se quería matar. Me veía, se daba vuelta y se iba. En esos momentos me hubiera gustado que me dijera ‘disculpá, estaba pasando por un mal momento, fui un imbécil’”, agregó.
Al ser consultada sobre si le dio impotencia escuchar sus últimas declaraciones sobre el feminismo y el acoso, concluyó: “Él para mí es un imbécil. Sabía que se le venía todo esto, como yo debe haber veinte o treinta más”.