Famoso, estrella o celebridad: ninguna de estas palabras define correctamente al Chino Leunis (36), un trabajador de la televisión a quien -más bien- el mérito y el esfuerzo colocaron en un lugar de privilegio. Nacido y criado en Ramos Mejía, mantiene intacto su aura de chico de barrio, a pesar de ser uno de los conductores insignia de Telefe y una de las más prometedoras caras de la pantalla chica.
El Chino nos recibe en los estudios de Martínez, minutos después de finalizar ¿En qué mano está?, el exitoso ciclo de las tardes de Telefe. Lejos de cualquier divismo (característica más que típica en la fauna televisiva), se entrega sin peros ni condiciones a las sugerencias del fotógrafo cuando le pide que se “tire en el piso” para la producción, y ni siquiera un contratiempo con el vestuario empaña su humor.
“La fama es un sustantivo muy circunstancial y absolutamente ajeno a mí. Es un punto de vista externo y no puedo hacerme cargo. No considero que sea una virtud: la fama es temporal y es una circunstancia. No me siento inalcanzable, claramente”, dispara en la charla a fondo con Ciudad. Además, hablará de los 13 años de amor con su mujer, Karin Rodríguez, las ganas de darle un hermanito a su hija, Delfina (7), y hasta de las propuestas hot que le llegan… de hombres y mujeres.
"El amor es un trabajo y el matrimonio, un arte de todos los días. De Karin me enamora su crecimiento, su vibra, me atrae y me parece una mujer exquisita. Nos gustaría tener otro hijo, podría ser un buen momento".
-¿Cómo te sentís al frente del programa?
-Me siento muy feliz, de alguna manera lo que estoy viviendo es un sueño hecho realidad. Estar al frente de un programa de este tipo, con compañeros tan talentosos me hace sentir una gran responsabilidad y agradezco poder ser parte de todo esto.
-Hace poco te tocó vivir un momento muy difícil, cuando una participante se quebró el brazo en vivo.
-Fue una situación que realmente uno nunca quisiera vivir. Fue un shock para todos, el momento del ruido… no lo quise volver a ver. Fue sobre el final del programa y mi cabeza estaba en qué le había pasado. Me tranquilizó mucho que apenas sucedió vinieron el médico y una enfermera, y estaba en buenas manos.
-Lo pudiste sobrellevar bastante bien...
-En ese momento no sabés, es lo mágico de la televisión en vivo: no hay una única forma de hacer las cosas. Lo hice lo mejor que pude en el momento que sucedió, traté de ser lo más profesional posible, controlar mis emociones internas porque podés impresionarte y desmayarte. Me dejó tranquilo que la producción enseguida protegió la situación, a los 10 segundos entró el médico y teníamos una ambulancia en la puerta. Con la televisión en vivo crecés mucho porque vas resolviendo, me alegra mucho estar en un camino en el que puedo aprender de lo bueno y de lo malo.
"Hombres y mujeres me mandan mensajes lanzados por redes sociales, pero no les doy entidad porque no tienen que ver con mis deseos".
-¿Te gusta más trabajar en vivo o en programas grabados?
-Son cosas diferentes, en este momento estoy habitando esta situación y me resulta muy positiva. Considero que me hace mejor profesional simplemente por desandar el camino porque uno se pone a prueba continuamente. Cada conductor lo hace de una manera diferente y a mí me gusta sentir que elijo mi trazado en este camino y que es original. Me gusta que nadie me compara con nadie, me entusiasma.
-Sos un "bicho raro" en la tele: un tipo con mucha exposición, pero con un perfil muy tranquilo. ¿Cómo te llevás con el hecho de ser famoso?
-Es un punto de vista externo y no puedo hacerme cargo. Siempre cuando dicen ‘el famoso de hoy es...’ digo ¿famoso? No considero que sea una virtud: la fama es temporal y es una circunstancia. Pero también sé que tiene cierto nivel de complejidad esto de surfear la fama. Toda esa energía es exactamente como una ola, si perdés el equilibrio te vas al fondo del mar. Trato de fluir sin tensión y trato de ser lo más yo posible, entendiendo que estoy en un lugar que supone una responsabilidad. Primero soy Leandro, que trabaja de algo que amplifica las cosas. Es lo que le explico a mi hija siempre y está bueno conectar con este trabajo desde el lugar de servicio, de que acompañamos para entretener.
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-¿Alguna vez sentiste que todo iba muy rápido?
-Gracias a Dios tengo una familia muy amorosa. Somos cinco hermanos varones, tengo a mi mamá y a mi papá, a mi mujer, a mi hija, a mis amigos. Sí tuve momentos en los que sentía el vértigo, pero por eso mismo es tan importante tener los afectos, gente que te abrace fuerte. Para entender que el ego que usamos para el trabajo debe quedar en el camarín. Gracias a Dios yo tengo mucha gente que me abraza fuerte y me mantiene en el lugar que tengo que estar.
"Soy una persona que busca sentirse bien. Le doy mucho respeto a mi mundo interior, que es el lugar en el que uno es invulnerable. Todos los días busco mi mejor versión, ese es el gran desafío".
-Todos sabemos que la fama abre puertas: ¿tuviste propuestas indecentes tanto de mujeres como de hombres?
-La verdad, por ahí me pasa que me mandan mensajes, pero no les doy entidad justamente porque no tienen que ver con mis deseos. Uno vibra de una manera y la gente que te acerca vibra de la misma manera, nadie se me va a acercar para hacerme una propuesta indecente delante de mi mujer. Directamente me voy a reír ‘flaco, ¿qué hacés, estás loco?’. No, sinceramente no he recibido. Sí mensajes lanzados por redes sociales, pero directamente no los contesto. Está todo bien, no me pongo a explicar. Creo que no transmito histeria entonces…
-Digamos que no provocás algo tipo Esteban Lamothe con la platea femenina...
-A lo mejor si yo fuera soltero por ahí. Esteban ahora está soltero, pero bueno, él es más grandote, anda más en cuero que yo, jajaja.
-Sos un tipo zen. ¿Cuál es tu cable a tierra?
-En realidad, yo creo que todos tratamos de encontrar la manera de llevar adelante lo mejor posible lo que nos toca vivir. Yo voy tratando de encontrar los caminos más cortos para equilibrarme. Ahora hace tres meses que no corro, quiero volver, pero me está costando encontrar el momento. Hago gimnasia funcional tres veces por semana con un profe. Empecé a tocar la batería de vuelta, lo hacía cuando era adolescente y me compré una 'bata' otra vez. Estoy conectando otra vez con eso y creo que uno va encontrando momentos para salir de la inercia del vértigo cotidiano. No es que yo llego a mi casa, prendo un sahumerio, me saco los zapatos y soy un monje zen. Soy igual que cualquiera, capaz me quedo tocando la batería o me veo cuatro capítulos seguido de Vikingos, y están pegando hachazos. No quiero encasillarme en un lugar, soy una persona que como todos busca sentirse bien. Le doy mucho respeto a mi mundo interior, que es el lugar en el que uno es invulnerable y donde nadie puede entrar. Hay un montón de cosas que me llevan a ese lugar: puede ser correr, meditar, hacer reiki, ver una película, salir con amigos, ir a un recital, recibir gente en casa. Está bueno eso, encontrar los momentos y tener la inteligencia emocional para conectar cada vez más con lo que nos hace bien.
"A los 36 años ya aprendí a alquimizar la ira, soy una persona pacífica y no me interesa descubrir cuán peleador puede ser alguien que no conozco".
-¿Pero sos de enojarte y de putear alguna vez?
-Soy bastante diplomático, no soy de pelear, soy muy conciliador. Sí puteo cuando voy en el auto. El auto es el lugar donde tendrían que hacerse las entrevistas de trabajo porque ahí aflora la verdad. Difícilmente baje la ventanilla para putearte, sí tipo ‘dale, boludo’. Creo que la calle está muy loca y es muy peligroso. No sabés con quién te podés encontrar entonces no me interesa exponerme a una situación así, en la que capaz un tipo viene con un palo. Soy una persona bastante pacífica y no me interesa descubrir cuán peleador puede ser alguien que no conozco. Eso estaba en la adolescencia, ya tengo 36 años y aprendí a alquimizar la ira de alguna manera. Nunca vale la pena pelear.
-¿Te considerás un hombre romántico?
-Tengo un concepto del romanticismo bastante diferente al estándar. Creo que puedo ser romántico con mis amigos, sentir que la otra persona pensó en mí, que se preocupó en ver qué me puede gustar. A ver, como ejemplo, para el Día del Padre, mi mujer y mi hija me regalaron unos palos de batería y los mandaron a grabar con mi nombre y una frase con láser. Todo eso debe haber costado 350 pesos y para mí fue el regalo más lindo que me hicieron. Mis hermanos me dicen ‘che, ¿qué te voy a regalar? Ropa tenés...’. Regalame un libro que te haya gustado, compartime algo tuyo, eso me parece romántico. Me gusta aportar para que el momento simple se transforme en algo lindo. No soy fanático de las fechas, no me gusta esperar a un día para regalar algo que siento. Me gusta sorprender y demostrar que estoy atento a las necesidades y el deseo del otro. Hoy un gran regalo es prestarle atención al otro.
-Con Karin llevan 13 años de amor. ¿Qué te sigue enamorando de tu mujer?
-El amor es un trabajo, el matrimonio es un arte de todos los días y no creo que tenga la fórmula. Algunos días discutimos con Karin, algún que otro día me he ido a dormir al sillón del living, o se ha ido ella. Tenemos un matrimonio absolutamente normal. ¿Qué me enamora de ella? Su crecimiento, su vibra, me atrae, me encanta, me parece una mujer exquisita, que cada día es más mujer y eso me encanta. Me gusta ver cómo va creciendo y su esfuerzo para ser mejor persona y eso me da ganas de seguir compartiendo mi proyecto con ella. Tenemos una hija en común y eso nos liga de una manera eterna, el hecho de sentir que cada día que pasa descubro cosas nuevas de ella. Uno nunca termina de conocer al otro y vivo con plenitud cada uno de nuestros momentos. Ahora ella está estudiando una carrera nueva, está haciendo una búsqueda interna muy interesante y me encanta. Está claro que físicamente me atrae muchísimo y es un mix hermoso.
-¿Piensan buscar otro hijo?
-Sí, nos gustaría, creo que en algún momento se va a dar. Es algo que está dentro de las posibilidades en un mediano plazo, sin lugar a dudas. Nos gustaría darle un hermano a Delfi. Ella lo pide, está en un momento bastante intenso de la pedida de hermano y la entiendo. Podría ser un buen momento y no lo descarto de ninguna forma. Confío en Dios y en el destino que si tiene que ser, va a ser y le daremos la bienvenida.
-Para cerrar quiero que me digas cuál es la mejor versión del Chino Leunis.
-La busco todos los días y ese es el gran desafío que creo que todos tenemos que tener. No tengo ninguna duda de que mañana voy a ser mejor que hoy y que renuevo todos los días ese deseo. Desconozco cuáles son las características de ese Leandro en su mejor versión, pero sí confío en que todos los días soy mejor que ayer y que estoy en un camino de evolución en el que todos los días soy un poco más sabio. Mi mejor versión es la que vivo cada presente.
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Fotos:
Producción: Aldana Moreno Lusianzoff IG: @adealdanaok TW: @aldimoreno
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