La producción se planteó osada. Pero no por el vestuario, sino por el lugar elegido. Sin embargo, Julieta Cajg (32), más conocida como Cayetina, logró superar el vértigo que le producía colgarse de un aro desde el piso 12 de una terraza porteña, y pudo mostrar sus destrezas en la acrobacia.
Desde allí posó para la revista y lució su bella figura, la cual mantiene a base de comida sana y ejercicios: “Prácticamente nací así como ven. Tengo curvas desde los once años. No estoy operada de nada: soy una chica normal que se cuida con la alimentación y hace un poco de gimansia”, confesó la integrante del ciclo radial Perros de la Calle.
De novia hace 6 años, Cayetina dice: “No estoy esperando el momento ideal, porque no existe: estoy esperando las ganas. Lo hablé con mi ginecólogo, más allá de en terapia, porque si mantendré esta decisión los próximos años quiero empaparme de cada tratamiento que se puede hacer, como congelar óvulos. No me gusta sentir que me corre el tiempo”.
Consciente de sus prioridades a la hora de aceptar un nuevo desafío, Cayetina reconoce qué cosas tiene que tener un proyecto para que la encandile: “Cuando se trata de teatro, no me importa ganar plata. Lo único que me interesa es que me apasione. Es difícil vivir de la actuación. El mundo del actor no es sólo Natalia Oreiro”, dijo la actriz, que se desempeña en la obra Burlesque al cubo en el teatro El Cubo.
Dueña de un lomazo, Cayetina habló de los orígenes de su sex appeal: “Es verdad que tengo una capacidad involuntaria para ratonear a los hombres. Aunque era más cuando empecé, porque Andy Kusnetzoff me nombraba en la radio y no dejaba que nadie me viera. Entonces se generaba todo un misterio. Pero soy buena onda con todo el mundo. El hombre es medio cuadrado y a veces tiende al ‘ésta es una copada y se puso musculosa’, y maquina cualquiera. Eso nos pasa a todas”, sostuvo.
Julieta, que está de novia hace 6 años con Patricio, se refirió a la maternidad: “No estoy esperando el momento ideal, porque no existe: estoy esperando las ganas. Lo hablé con mi ginecólogo, más allá de en terapia, porque si mantendré esta decisión los próximos años quiero empaparme de cada tratamiento que se puede hacer, como congelar óvulos. No me gusta sentir que me corre el tiempo”.