“La vida siempre te sorprende”, sentencia Carla Peterson (43) y lo dice con conocimiento de causa. En el punto de mayor éxito de su carrera como actriz, se cruzó en su vida la política. En realidad, se cruzó Martín Lousteau (46) y todo cambió: se enamoró, se casó, se convirtió en la orgullosa mamá de Gaspar (4) y pasó el último año y medio viviendo en Estados Unidos, nada menos que como la mujer del Embajador de nuestro país.
Sin embargo, a sólo semanas de regresar a Argentina, Carla deja en claro que entre tantos cambios su rol de mamá es el que mejor la define. Derretida de amor por Gaspar, Peterson muestra fotos de su hijo, cuenta con emoción qué cosas le gustan al nene y cuánto disfruta pasar tiempo con él. Y, como si se tratara de un axioma de la ley de atracción, en pleno disfrute de esta etapa protagoniza una película con la maternidad como eje principal: Mamá se fue de viaje, que llega hoy jueves 6 a los cines y donde comparte cartel con Diego Peretti bajo la dirección de Ariel Winograd.
"Tengo 43 años, algunas arrugas y me las quiero dejar para hacer personajes acordes a mi edad. Me gustan, no me quiero tocar toda la cara. Hay que ser más buenos, relajarse un poco y no exigirnos tanto".
“Me encantó la posibilidad de venir a filmar la película mientras vivía en Estados Unidos porque fueron sólo diez días. No me quería ir mucho tiempo de mi casa porque no quería estar lejos de mi familia. Tenía muchas ganas de trabajar con este equipo y la historia es genial”, le cuenta a Ciudad la actriz, que interpreta a una madre que colapsa y decide dejar a sus cuatro hijos al cuidado del padre mientras ella se va de viaje sola a Machu Pichu.
- ¿Alguna vez tuviste ganas de irte de viaje sola y dejar a Gaspar con Martín?
- La verdad que no, pero para la película sí me tuve que ir de viaje y sí lo tuve que dejar. Pero me pasaba al revés: no me quería ir, lloraba porque nunca lo había dejado solo y eran muchos días. A veces lo que me pasa es que tengo ganas de salir o ir al teatro. No lo dejo mucho, una o dos veces se debe haberse quedado a dormir con su abuela para poder salir.
- ¿Cómo te definís como mamá?
- No me puedo definir con una palabra. Me cuesta verme de afuera. Yo creo que voy descubriendo. No sé si soy tan divertida porque trato de ordenar un poco todo. Entonces, él no me debe ver como la mamá más divertida del mundo. Sí paso mucho tiempo con él pero yo soy la que le dice ‘bueno, a cepillarse los dientes, a ponerse el pijama, a comer’. Estoy buscando constantemente cosas divertidas para hacer con él, cosas nuevas. Siempre es descubrir algo nuevo, como una plaza con juegos divertidos. Intento hacer eso y crearle la curiosidad por descubrir y explorar cosas.
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- ¿Extrañabas la actuación mientras vivías en Estados Unidos?
- No, porque tenía muchas cosas interesantes para hacer y ver, que tienen que ver con lo que yo hago. Me conecté con todo eso allá. Hablaba de nuestro cine, de nuestro teatro e iba a ver muchos espectáculos, y compartía todo eso con gente de otros países. Había mucha vida cultural y no te alcanzaba el día para ver todo. Me hice de un hermoso grupo de amigas y disfrutaba mucho compartir con ellas y sus hijos, que se hicieron amigos de Gaspar.
- ¿En algún momento te dio miedo semejante cambio de vida?
- Fue una decisión importante. Además, no tuve mucho tiempo de procesarla. Pero no tenía dudas. El que tenía que estar seguro era Martín, que era el que tenía que trabajar. Yo no tenía ninguna obligación allá. Por mi parte, estaba feliz de acompañarlo, de llevar a mi hijo a un lugar de tanto interés y de estar los tres juntos. O sea, yo sabía que iba a estar bien. Ya conocía la ciudad, sabía a dónde iba.
- Resulta tentador asociar Washington a las internas políticas de House of Cards… ¿Es tan así?
- ¡Hay un poco de todo! (risas) Lo que pasa es que yo no me dedico a la política ni a nada de eso, entonces tenía toda la parte cultural para mí. Era maravilloso realmente. La verdad es que estuvo buenísimo.
- Cuando estabas allá se dijo que le habías puesto un ultimátum a Martín para volver al país. ¿Fue cierto?
- Nada. Cuando vi eso, no lo podía creer. No tenía ningún apuro por volver, estaba feliz allá. Sabía que íbamos a regresar en algún momento, que lo íbamos a decidir entre los dos pero que la fecha dependía más de la carrera de Martín. Pero yo estaba muy contenta allá. Es más, me dio mucha tristeza volver porque sabía que se terminaba una etapa hermosa.
"Yo no tengo responsabilidades sobre la gente, como en la política. ¡Es más fácil ser actriz! Pero quizás no nos gusta la comodidad con Martín… Sino tal vez no hubiéramos vuelto al país".
- ¿Disfrutabas del anonimato y de poder salir a la calle sin que te reconozcan?
- Eso era lindo pero no porque me guste el anonimato, sino no me hubiera dedicado a la actuación ni Martín a la política; sino porque yo trato de no exponer mucho a Gaspar. A veces me tiento de subir fotos de él, pero al final publico alguna imagen de atrás, que se lo ve poquito. Me parece que él es el que tiene que decidir si quiere o no salir. Allá era algo tramposo porque éramos anónimos para poder caminar por la calle sin que nadie mire; pero cuando llegábamos a un evento éramos las personas más importantes de Argentina. Fue una experiencia única que no estaba en mis planes para nada. Siendo actriz, alguna vez imaginé que podía filmar en el extranjero pero nunca algo así. La vida siempre te sorprende, no sabés a dónde te puede llevar.
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- ¿Cómo fue el regreso?
- Fue muy lindo porque estaban todos súper contentos. Después no tuvimos tiempo para vernos (risas). También es lindo volver a mi casa y a mi trabajo. Fue lindo y fácil, fluyó. Ahora estoy aprovechando para ir mucho al teatro y ver a amigos sobre el escenario.
- ¿Martín también disfruta de estas salidas?
- Sí, le encanta. Hay momentos en que tiene más tiempo y otros que menos, como este (N.de R: Lousteau está en plena campaña de su candidatura a Diputado por la ciudad). Le encanta el cine, el teatro. Es más, me encanta ir con él porque yo veo todo con mi visión de actriz y él percibe otras cosas. Me gusta conocer su opinión. Él es muy generoso, divertido y curioso.
- ¿Cómo es como papá? ¿Es como el personaje de Peretti en la película, súper despistado, o se las arregla mejor con Gaspar?
- No, ¡para nada! En época de campaña, pareciera que está planeado que yo diga que es un papá genial (risas). Pero él es la persona más ordenada. Los dos estamos muy entusiasmados con la crianza de nuestro hijo. Nos encontramos grandes, era algo que queríamos mucho y disfrutamos de verlo crecer. Nos descansa mucho estar con él porque nos corre a nosotros del centro. La verdad es que Martín es muy compañero. Siempre lo fue. Cuando yo estaba haciendo una obra de teatro, Venus en la piel, él estaba haciendo campaña y se ocupaba de Gaspar cada noche que yo estaba en el teatro, le daba de comer, lo acostaba. Jamás me dijo ‘no lo hagas porque estoy en campaña’. Ahora, nos organizamos mejor (risas). Pero más que nada porque no nos gusta perdernos nada de nuestro hijo.
"En Washington con Martín éramos anónimos para poder caminar por la calle sin que nadie nos mire; pero cuando llegábamos a un evento éramos las personas más importantes de Argentina".
- Alguna vez dijiste que la maternidad te llegó en el momento justo de tu vida. ¿Por qué?
- Es que fue cuando lo conocí a Martín. Me hubiese gustado conocerlo antes, pero bueno… ¡nos conocimos! (risas) Nos encontramos y eso es lo importante.
- Y se fue dando todo muy rápido en su historia de amor...
- Sí, la verdad es que hicimos un montón de cosas juntos. ¡Mucho! No llegamos a los seis años de relación y ya tenemos un hijo, vivimos afuera dos veces porque cuando nos casamos él también estaba en Estados Unidos, viajamos un montón, yo hice tiras, obras, películas; él fue diputado, embajador, hizo campañas.
- ¿El compañerismo juega un rol fundamental en esos momentos?
- Sí. ¡Hay que ver qué pasa cuando dejemos de hacer todas estas cosas y estemos quietos un poco! (risas) No, mentira. Lo importante es que no desconectamos de la realidad. Hacemos todo eso, pero nos gusta volver a casa y estar juntos.
- ¿Cómo vivís esta etapa de campaña?
- Fui aprendiendo a acompañarlo y también voy entiendo que son momentos más difíciles, donde parece que nadie se quiere. Y no es así porque después todos tienen que trabajar juntos y eso es lo raro. Trato de no dejarme llevar por lo que se ve sino preguntarle a él, porque afecta un poco, duele. No es lindo escuchar cosas feas, que no son así y sabés que no son así. Tenés ganas de salir y de decirlo, pero no… hay que calmarse. Es como cuando discutís con alguien, el impulso es lo peor. Aparte me sale la tana de adentro y él me calma. Trato de que no me afecte pero a veces me afecta. Es más difícil la política que la actuación.
"A veces me tiento de subir fotos de mi hijo, pero al final publico alguna imagen de atrás, que se lo ve poquito. Me parece que él es el que tiene que decidir si quiere o no salir".
- Como actriz estabas acostumbrada a que hablen de vos en los medios...
- Sí, ¿pero qué pueden decir? Yo no tengo responsabilidades sobre la gente. Tenés la responsabilidad de ser respetuosa pero la gente que no me quiere ver, no compra una entrada al teatro. No te viene a ver y listo, no pierde el tiempo ni su plata. En cambio, en la política es distinto, la gente tiene problemas y a veces no se sienten bien representados. Es totalmente distinto… ¡Era más fácil ser actriz! Pero quizás no nos gusta la comodidad con Martín… Sino tal vez no hubiéramos vuelto al país.
- Hablando de críticas, hace poco te cruzaste con una seguidora de Instagram que te cuestionó por subir una foto al natural.
- Las mujeres estamos tratando de cambiar un montón de cosas y creo que también hay que ser un poco más bondadosas y modificar esos parámetros de belleza totalmente falsos.
- ¿Te afectan ese tipo de críticas?
- No, eso sí que no me afecta. También uno entiende que son las redes sociales y que no hay filtros. A los que me critican porque subo una foto con arrugas, no les doy importancia. Esa vez que contesté, yo había visto la foto sin los anteojos y pensé que estaba divina (risas). Tengo 43 años, tengo algunas arrugas y me las quiero dejar para hacer personajes acordes a mi edad. Me gustan, no me quiero tocar toda la cara (risas). Yo me cuido un montón pero hay que ser más buenos, relajarse un poco y no exigirnos tanto. La vida es una y es hermosa. Pero me dio mucha risa lo que pasó. No estoy todo el día maquillada, no es que me levanto y me maquillo como salgo en la televisión. Para mí, como actriz, el maquillaje es un truco, una caracterización. Trato de estar lo más neutra posible y sorprender cuando me ven en personaje.
- ¿Seguís sosteniendo que te gustaría tener otro hijo cuando Gaspar te pueda ayudar con el bebé?
- ¡Pero eso fue una antigüedad! Es algo que me decía una amiga y más que nada fue un chiste. En el momento en que lo dije Gaspar era tan chiquito, que lo veía como algo muy lejano. Está bueno tener un hijo cuando uno pueda, cuando se de…
- ¿A vos te gustaría ser mamá nuevamente?
- Me encantaría tener una familia numerosa. No todo depende de uno pero ojalá que sí. Me gustaría que Gaspar tenga un hermano.
Fotos: Musepic
Videos y edición: Leandro Bevilacqua
Producción: Aldana Moreno Lusianzoff IG: @adealdanaok TW: @aldimoreno
Locación: Villa Isidro Hotel Boutique & Spa TW: @villaisidro FB: https://www.facebook.com/Villa-Isidro-Hotel-Boutique-Spa-127887700596771/
Logística: La llave de Alegra Films IG: @lallavedealegra
Maquilló: Estudio Novillo
Agradecimientos: Javier Furgang / Maria Cher / Josefina Ferroni / Malena Feijoo