Como pocas veces lo hizo, Benjamín Vicuña le abrió las puertas de su casa y de su corazón al Martín Cárcamo, para el programa chileno De Tú a Tú, y habló a fondo del final de sus historias de amor con Pampita y China Suárez, las madres de sus hijos.
El actor chileno estuvo 10 años en pareja con Carolina Ardohain, con quien se convirtió en padre cuatro veces, de Blanca, Bautista, Beltrán y Benicio.
Con Eugenia Suárez vivió una historia de amor de cinco años y medio. Fruto de ese amor son sus hijos Magnolia y Amancio.
"Es imposible hablar de fracasos cuando veo a mis hijos. Son la cara, el rostro, del amor, de la pasión, del esfuerzo, de esas ganas de construir".
BENJAMÍN VICUÑA HABLÓ A FONDO DEL FINAL DE RELACIONES CON PAMPITA Y CHINA SUÁREZ
Martín Cárcamo: -¿Cómo miras hacia atrás el hecho de que no resulten los proyectos en pareja? Básicamente, los dos grandes proyectos familiares que has armado. ¿Experiencia? ¿Fracaso?
Benjamín Vicuña: -Es imposible hablar de fracasos cuando veo a mis hijos. Son la cara, el rostro, del amor, de la pasión, del esfuerzo, de esas ganas de construir, de aferrarse a la vida, de seguir adelante, del amor.
Luego, sí, te atraviesas, dudas, sensaciones de arrepentimiento, de que las cosas pudieron haber sido de otra manera. Pero es un ejercicio melancólico que no sé si suma mucho. Más que para un desarrollo de madurez, de saber que las cosas se pueden mejorar. Pero no creo que sea bueno quedarse con esa sensación de fracaso, de lo que no fue o de lo que no pudo ser.
Martín Cárcamo: -¿Tú sientes que luchaste por las dos relaciones?
Benjamín Vicuña: -Sí.
Martín Cárcamo: -¿Hasta el máximo?
Benjamín Vicuña: -Todo.
Martín Cárcamo: -En ese sentido, ¿no estás en deuda?
Benjamín Vicuña: -No. Tengo otras deudas, pero sí luché, me la jugué, aposté todo… Las otras deudas son de madurez, de momentos, de actitudes, de errores, de muchos errores. Pero sabemos que es parte de nuestras contradicciones, de nuestra naturaleza, cagarla, equivocarse. A veces se aprende, otras veces no. En mi caso, soy bastante humilde, ordenadito, y aprendo. Me quema y no vuelvo a quemarme.