A los 23 años Belén Etchart tiene sus metas puestas en su carrera artística y admitió cuál es su secreto para lidiar con su recién adquirida fama. La morocha surgida de Gran Hermano 2015 habló sobre su vida espiritual y admitió ser una persona religiosa, faceta que convive sin problemas con su perfil de mujer despampanante.
"Llegué a la final de Gran Hermano porque cada mañana me tomaba mi tiempo para orar ¿Vos pensás que yo soportaba a mis compañeros del programa? No, cero. Dios por suerte me daba humor para poder conciliar y convivir con ellos. Sobreviví y fue un gran aprendizaje. Siento que lo logré".
"Soy una persona muy espiritual y creo mucho en Dios y en Jesús, que fue quien sanó mi corazón", contó Belu en la revista Pronto, y destacó que desde muy chica concurre a una iglesia evangélica de Caballito. "Leo la Biblia todos los días porque siento que me limpia. Este mundo está muy contaminado y me refugio en la lectura de la Palabra de Dios. Mi Pan para arrancar cada día es leer un pasaje de la Biblia", reveló.
La exuberante morocha, que debutó como vedette en la obra Plumas en la noche, admitió que sin su fe no podría haber estado en el reality show de América: "Llegué a la final de Gran Hermano porque cada mañana me tomaba mi tiempo para orar. ¿Vos pensás que yo soportaba a mis compañeros del programa? No, cero. Dios por suerte me daba humor para poder conciliar y convivir con ellos. Sobreviví y fue un gran aprendizaje. Siento que lo logré", confesó.
El lado menos conocido de Belén Etchart.