El jueves a las 08.20 de la mañana, los ocho rugbiers imputados por el crimen de Fernando Báez Sosa llegaron al Juzgado de Garantías, ubicado en la ciudad de Villa Gesell.
Tras dicha audiencia, el juez David Mancinelli dictó prisión preventiva a los detenidos, actualmente alojados en el penal de Dolores, y desestimó el pedido de presión domiciliarias que solicitó el abogado Hugo Tomei.
"Yo lo único que quiero decir es que lo que pasó ninguno de nosotros quiso que pase", dijo Blas Cinalli, ante el juez.
De ese acto judicial salió a la luz que Máximo Thomsen, uno de los imputados más complicados en la causa y más abucheados por los vecinos de Villa Gesell, lloró ante el juez y que Blas Cinalli rompió el silencio.
En Notitrece pusieron al aire el audio del momento en el que el juez les concede la palabra a los imputados y la respuesta de Cinalli. "No han prestado declaración en el proseo y en esta audiencia no deberíamos escucharlos hacer un relato de lo que pasó en el hecho, pero si tienen algo para manifestar respecto a su situación, al lugar de alojamiento o alguna cuestión que les parezca de utilidad este es un momento oportuno. Todas las partes están presentes", le dijeron a los ocho imputados. Espontáneamente, Blas Cinalli fue él único de los rugbiers que se expresó: "Yo lo único que quiero decir es que lo que pasó ninguno de nosotros quiso que pase".