La apuesta de Telefe para su prime time promete dar que hablar y poner en foco temáticas de gran actualidad. Pequeña Victoria tuvo su arranque a pura emoción, poniendo el acento en las nuevas formas de maternidad y el poder de los lazos que se construyen.
Así, el primer capítulo presentó a Jazmín (Julieta Díaz), una exitosa ejecutiva que se decide a ser madre a través de la subrogación de vientre y hace un contrato, práctica que en la Argentina tiene un gran vacío legal, con Bárbara (Natalie Pérez), una joven de bajos recursos que aceptará ser “mamá canguro”. Pero no serán las únicas mujeres que entrarán en la vida de Victoria, la beba que da nombre a la tira.
Pocos minutos antes de que Bárbara dé a luz aparece Selva (Inés Estevez), una conductora de taxi que queda conmovida con la historia de la joven y se involucra en su vida y en la que está a punto de llegar al mundo. La “última mamá” que sacudirá la trama es Emma (Mariana Genesio Peña), una mujer trans que se presenta en la clínica como “la donante de semen” y que concluirá en la decisión de todas, no sin roces, ni conflictos por compartir la maternidad de la beba.
El primer capítulo puso en primer plano los roles de género, los privilegios de clase, la transexualidad, la discriminación en el ámbito hospitalario de las personas trans, el abuso de poder y sobre todo, la apertura hacia otras maternidades.
La ficción ganó su franja horaria y tuvo un pico de 18.3 puntos de rating.