En un universo paralelo, Rachel Green, el personaje que Jennifer Aniston interpretaba en Friends, podría haber vivido un intenso romance con George Clooney... Si lo guionistas así lo hubieran querido. Y si bien ese affaire nunca terminó de concretarse, los actores estuvieron muy cerca de enamorarse en la ficción.
Corría 1995 y Friends recién despuntaba su primera temporada. Todavía no era el exitazo en el que se convirtió con el tiempo y sus autores buscaban fórmulas para calentar la pantalla. Uno de esos recursos, muy usado en los años ochenta y noventa, era el de recurrir al crossover: personajes que se cruzan de un programa a otro y que se unen en la trama.

Así fue como los directivos de la cadena NBC decidieron hacer coincidir a Rachel y a Mónica (Courtney Cox) con los personajes de Clooney y Noah Wyle, que por ese entonces eran protagonistas de ER Emergencias, serie que giraba en torno a un hospital y era de lo más visto de la grilla.
Pero había un problema: como los médicos eran de Chicago y Friends transcurría en Nueva York, el cross de personajes tuvo que hacerse con una variante. En vez de presentarse como los doctores Doug Ross y John Carter, se decidió darles otros alter ego.

Para el capítulo 16, los médicos Michael Mitchell (Clooney) y Jeffrey Rosen (Wyle) hicieron su entrada triunfal en un episodio doble, de 40 minutos, que arrancaba con las dos amigas llegando a la sala de guardia de un hospital con los nombres intercambiados, porque Rachel estaba floja de papeles para poder atenderse.
Allí conocen a los médicos, pegan mucha onda y deciden hacer una cita de a cuatro, manteniendo la farsa de las identidades cambiadas. Llegado el momento, el personaje de Aniston quiere decir la verdad; sin embargo, la otra se rehúsa por miedo a tener problemas legales.

Clooney estaba destinado a ser el galán de Rachel y todo iba relativamente bien hasta que la cita se frustra por culpa de las amigas, que empiezan a tirarse palitos mutuamente, enumerando los defectos de cada una.
Finalmente, Clooney y Wyle reciben una llamada de urgencia del hospital y se van. Tuvieron la oportunidad y no la supieron tomar.
¡Una pena!