No es su metro setenta y pico. Ni la sonrisa, aquella que irrumpe, radiante y fatal, comiéndole la boca. No, de ni ningún modo. En ningún caso tienen que ver aquí sus curvas, las mismas que supo eternizar en sexies gigantografías de la vía pública. Nada de eso. No se trata de su rostro de tinte aniñado, todavía juvenil. No. Tampoco.
El encanto de Araceli González tiene que ver con otra cosa.
Llega a la nota tarde (una hora exactamente), y entra a la sala a las corridas. El saco flamea alrededor de su apuro. Sonríe y desliza un perdón al tiempo que se cubre la boca del pudor, frunciendo el ceño. Desde hace seis meses protagoniza Cuando Harry conoció a Sally, con notable éxito, junto a Raúl Taibo y, tras la presentación y disculpas de ocasión, invita a pasar a su camarín, donde se prepara para una nueva función en la sala del Multiteatro. No lleva una gota de maquillaje y, permítase la infidencia, luce igual de hermosa. Mejor aún, se la ve sumamente verdadera. Hete aquí el secreto de su éxito: no fingir. Excepto, eso sí, en la mítica escena que eternizó la comedia romántica protagonizada por Meg Ryan y Billy Cristal en una cafetería... El tiempo (el del reloj), nos arrincona. No importa: Ara no tiene guión para la charla y pronto el diálogo fluye muy naturalmente…
-En la mesa de Mirtha comentaste que te cansa que digan que “sorprendés” en el teatro. ¿Sentís que para muchos nunca dejás de ser una revelación como actriz? ¿O ya pasaste esa barrera de la “sorpresa”?
“Tengo muchas ganas de ser mamá de nuevo, pero no lo estoy pensando permanentemente. Aunque el reloj biológico me va apurando…”
Yo elegí trabajos muy buenos desde que empecé. Obviamente hubo éxitos y fracasos. Pero a mí me da sorpresa que se sorprendan… No me lo tomo a pecho, me da risa. Estoy trabajando en esto hace mucho, la idea siempre es evolucionar, hacer cosas que tengan que ver con el trabajo de uno, con las inquietudes.
-¿Se espera menos de vos?
-Cada uno empieza su carrera de distintos lados. Yo arranqué como modelo, algunas empiezan por otros lados (se ríe). Yo me siento muy bien de haber comenzado así, y ahora ser actriz. ¿Si me preguntás si lo busqué? Yo me fui sorprendiendo, cuando surgió la posibilidad de hacer algo con Gustavo Bermúdez, tan importante…
-¿Sigue el prejuicio de la mujer atractiva y talentosa?
-No sé. Yo sé disociar muy bien eso. Y también sé que en teatro no tengo un camino hecho, sino que lo estoy haciendo. Hice Closer, Monólogos de la vagina… voy creciendo. Y Cuando Harry… es una gran experiencia. Le estoy tomando el gustito, ya vamos a cumplir 6 meses desde el debut en Mar del Plata.
"Flor (Torrente, su hija) tranquilamente pudo haber aprovechado los nombres con los que se rodeó desde muy chiquitita y no lo hizo. Me enorgullece"
-Estás cerca de regresar a la tele (se habla de Araceli como protagonista de Club de hombres, la nueva ficción de América), ¿podemos confirmarlo?
-Algo hay. Pero si estuve tres años sin hacer televisión fue por una decisión personal. Y hoy disfruto muchísimo hacer una comedia, es placentero, la paso bien.
-El lado malo para tus seguidores es que ahora salís mucho más tapada…
-Bueno, pero ahora saco mi propia línea de lencería (se ríe).
-¿Y vas a ser la modelo de tu marca?
-Sí, sí… ¡hasta lo que me dé el cuero! Por lo pronto, la lanzamos este año. Me da mucho vértigo. Desde los 17 años represento marcas de ropa interior. Y esto que estoy encarando ahora es maravilloso para mí, porque tiene que ver conmigo, con mi edad.
-Vos decís tu edad, y acabás de cumplir…
-¡44 años! Sí, yo digo mi edad sin problemas.
"A mi edad el amor es muy selectivo, vibra de una manera especial. Te elegís con cosas ya maduradas".
-¿No crees que faltan historias de amor de adultos de tu generación en tele?
-Síiii. A mí me encantó la película Enamorándose, con Robert De Niro y Meryl Streep. A esta edad el amor es muy selectivo, vibra de una manera especial. Te elegís con cosas ya maduradas. Sería genial que vuelva a instalarse esa clase de historias. No lo había notado, pero sí… quizás faltan ideas en televisión. Yo no me puedo identificar, ni siquiera, con una mujer de treinta. Lo que pasa después de los cuarenta es muy fuerte. Y esta generación investiga más. Tal vez nuestras madres no se preguntaban tanto.
-Con Taibo tienen una gran química en escenario, ¿creés que puede trasladarse a la pantalla chica?
-¿Por qué no? Sería una gran idea. Dimos perfecto como Harry y Sally, y eso no se da siempre. Hay fluidez entre nosotros… Y la gente nos responde genial, aún estando en avenida Corrientes, con una gran competencia.
-Hablemos del amor, estás a pocas cuadras de 39 escalones, la obra de Fabián (Mazzei)…
-¡Sí, de mi amor! (interrumpe) Está bárbaro en la obra.
-¿Sos criticona cuando lo vez? ¿O te encanta todo lo que hace?
-No, eso no. No me gustaría tampoco que a él le encante todo lo que yo haga. Pero si hay alguien a quien uno tiene que sentir cerca es a tu pareja. También para críticas constructivas. Nosotros nos escuchamos mucho y nos damos libertades para trabajar de cada modo.
"Si estuve tres años sin hacer televisión fue por una decisión personal. Y hoy disfruto muchísimo hacer una comedia, es placentero, la paso bien!.
-¿Te gusta como actor?
-Me encanta. Hay muchos que dicen “dónde estaba escondido”, pero él siempre estuvo allí, trabajando.
-¿Compartirías una ficción?
-Claro… Yo trabajé con él en Mil millones, con Gustavo Bermúdez. Compartíamos muchas cosas, y en la novela medio se enamoraba de mí. A mí me encantaría hacer teatro con Fabián, principalmente. Una comedia juntos sería genial.
-¿Es celoso? Digo, contaste que vas a protagonizar tu propia campaña de lencería…
-A ver… (piensa). Fabián es muy selectivo con las fotos. Pero cuando uno tiene un hijo preadolescente (N de la R: el 17 de agosto cumple 13 años), es mucho más cuidadoso. Vamos a sugerir la ropa interior. Toto no quería que yo lo haga, ¡no me deja hacer fotos en ropa interior! ¿Podés creer? El fue el más difícil…
-¿Cómo lo convenciste?
-Le dije “mamá dos años lo va a hacer”. Me preguntó qué opinaba Fabi, y al final cedió. Pero voy a mostrar la sensualidad de la mujer sin brutalidad.
“Me encantaría hacer una comedia con Fabián (Mazzei). ¡Me encanta como actor!”
-¿Toto sigue mostrando pasta de productor?
-En realidad, de director. Tiene muchísimos videos grabados con amigos, desde hace cuatro años. Con su cámara va haciendo cosas, y tiene una gran inclinación con eso.
-Y tu hija es actriz… ningún médico o contador en la familia.
-Me hubiera encantado, para hablar otras cosas. De Flor, hablando en serio, me enorgullece el camino digno que está haciendo. Se prepara muchísimo, estudia teatro, canto, baile. Va a la fonoaudióloga. Se está preparando para hacer comedia musical. Y me encanta que trabaje en el Konex. Tranquilamente pudo haber aprovechado los nombres con los que se rodeó desde muy chiquitita y no lo hizo.
-¿Tampoco por ser “la hija de”?
-Ay, no… y yo detesto cuando encabezan una nota así. Porque ella trabaja mucho para ser sí misma. Siempre va a ser mi hija, pero tiene una gran identidad.
-Tenes dos chicos muy criados… ¿realmente te dan ganas de ser mamá otra vez?
-Es que el reloj biológico me va apurando… Por un lado me encantaría, y si veo un bebé me agarra. Pero no lo estoy pensando permanentemente.
-No lo estás proyectando.
-No, tampoco. Y me embarazan tanto, que eso hace que impida embarazarme.
-¿Cuál es el secreto para ser tan unida con tus hijos?
-Mi casa no es un matriarcado, pero ellos saben que somos una familia y eso no se toca. La relación con mis hijos es muy fuerte. Más allá de la casa, mi “hogar” es muy fuerte. Hace poco, recuerdo una nota encabezada horrible: “La hija de Araceli y su hermanastro Tomás”. ¡Son hermanos! Salieron los dos de mi vientre y los crié como hermanos, aunque tengan papás diferentes. Eso para mí es sagrado.
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Fotos: Jennifer Rubio