Con el recuerdo siempre presente de Gerardo Rozín y al cumplirse un año de su partida, Carmela Bárbaro y los hijos del querido periodista dijeron compartir con sus seguidores una emotiva carta que había escrito el productor antes de morir.
“Paso a decir. Paso a decir que me voy contento. Que tengo una hija de diez y un hijo de veinte, y me estoy por morir sabiendo que les dejo la seguridad de que fueron amados. Muy amados. Tienen valores para abrazar y para discutir, pero no arrancan sin ideas. Es un montón. Hemos sido gente de reír mucho, disfrutamos de la ironía y no del sarcasmo. Nos quedaron muchas gracias por hacer juntos, pero se sabe que estas despedidas dejan espacios vacíos”, se pudo leer en la primera parte del escrito.
“Estoy sonriendo. Lloré siempre, pero frente a lo inevitable, lo que llegará en poco tiempo, no me siento con derecho a la queja. No es que no reconozca mis defectos, sino que errores comete todo el mundo y siento de estuve más en el equipo de los buenos que en el los otros”, agregó.
"Paso a decir. Paso a decir que me voy contento. Que tengo una hija de diez y un hijo de veinte, y me estoy por morir sabiendo que les dejo la seguridad de que fueron amados".
Luego, Gerardo hace especial hincapié a “algunos orgullos” suyos: “En la televisión comercial pude hacer ciclos vinculados a los derechos humanos sin que nadie me lo pidiera, buscando esos espacios en la nube del entretenimiento. Y creo que produje algunos momentos emocionantes y graciosos”.
“Amé de verdad a las parejas que tuve. Y tuve el don de hacer reír mucho a mis amigos. No soy creyente, no me llevo nada, pero les dejo las carcajadas que les arranqué. Soy una de las personas que más los ha hecho reír. Es otro de mis grandes orgullos”, continuó.
En cuanto a su estado anímico, remarcó: “Puedo agregar algunos chistes al respecto, pero ciertamente no estoy de humor. Perderlas y perderlos me duele tanto como saben”.
"Amé de verdad a las parejas que tuve. Y tuve el don de hacer reír mucho a mis amigos. No soy creyente, no me llevo nada, pero les dejo las carcajadas que les arranqué".
“Si alguien me extraña en cualquier canción rosarina o uruguaya, en el saxo de Charles Lloyd, en Bowie o en la fe que canta Montaner me van a encontrar. Siempre”, añadió.
Al describirse, detalló: “Crecí en los ochenta y me siento obligado a expresar algunos principios una conducta muy en boga por aquellos años. Soy judío, socialdemócrata y de central. Ah, en Qué bello es vivir siempre los estoy esperando para compartir una película juntos. Igual, si ven que no aparezco, arranquen a verla ustedes”.
"Poco para agregar, más por falta de tiempo que de ideas. Digamos que hemos compartido tres temporadas muy decentes y que soy feliz por irme sabiendo que las que producirán ustedes serán aún mejores".
Y cerró, a corazón abierto: “Poco para agregar, más por falta de tiempo que de ideas. Digamos que hemos compartido tres temporadas muy decentes y que soy feliz por irme sabiendo que las que producirán ustedes serán aún mejores. Gerardo”.
Fotos: Capturas de Instagram
FUERTE RELATO DE ROMINA MANGUEL AL RECORDAR A GERARDO ROZÍN
En junio de 2022, Romina Manguel había contado en su paso por PH, Podemos Hablar cómo fue el último tramo de la enfermedad de su querido amigo, Gerado Rozín.
“Gerardo siempre supo que se iba a morir, desde el primer día del diagnóstico. Y él trataba de convencer a sus amigos más íntimos y querido. A mí me decía ‘me voy a morir, eh’”, comenzó diciendo la periodista en el ciclo de Telefe.
“En los últimos tiempos, él me llamaba todas las noches a las 12 de la noche. Y era una carga fuerte porque, primero nos reíamos mucho, y después terminábamos hablando de la muerte, de las cosas que él quería cuando se muera y me pedía que yo lo anote. Como sabía que era una colgada, me decía ‘sé que no estás anotando, poné la cámara’. Y yo le contestaba ‘Gerardo, estoy en bombacha’”, agregó, poniéndole humor a su relato.
"GERARDO SIEMPRE SUPO QUE SE IBA A MORIR, DESDE EL PRIMER DÍA DEL DIAGNÓSTICO. Y ÉL TRATABA DE CONVENCER A SUS AMIGOS MÁS ÍNTIMOS Y QUERIDO. A MÍ ME DECÍA ‘ME VOY A MORIR, EH’".
Luego, continuó: “Yo terminaba llorando a veces hasta las 5 de la mañana y me acuerdo que hablé con mi analista de esto y con mis amigos, y decidí hablar con Gerardo para decirle que no podía soportar esto porque me dejaba rota todas las noches y yo no puedo no dormir porque, además, tengo dos hijas”.
“Entonces, lo llamé, me costó esa charla, y cuando me senté con Gerardo le dije que me estaban haciendo muy mal estas llamadas a la noche. Y él me responde ‘ah, bueno. Yo me voy a morir pero la señora no duerme. ¿Sabés qué? No me importa que no duermas, tomate algo después. Yo me voy a morir y cuando me muera, vas a dormir. ¿Me entendiste? No se charla más del tema’”, añadió.
"EN LOS ÚLTIMOS TIEMPOS, ÉL ME LLAMABA TODAS LAS NOCHES A LAS 12 DE LA NOCHE. Y ERA UNA CARGA FUERTE PORQUE, PRIMERO NOS REÍAMOS MUCHO, Y DESPUÉS TERMINÁBAMOS HABLANDO DE LA MUERTE, DE LAS COSAS QUE ÉL QUERÍA CUANDO SE MUERA Y ME PEDÍA QUE YO LO ANOTE".