A sus 18 años, Anna Chiara del Boca decidió salir al mundo a contar su dura historia de vida. Nacida fruto de la relación entre Andrea del Boca (53) y Ricardo Biasotti (59), la joven manifestó con dolorosos detalles por qué hace hace casi una década que no ve a su padre biológico.
Muy sensibilizada, Anna se sinceró: “Pasaron un montón de cosas...”. Así fue que en una nota con la revista Caras, la actriz se explayó entre llantos y sollozos: “Hay distintos tipos de abuso, está el físico, el mental, el verbal, el sexual o el psicológico. Cuando estaba con él no me sentía respetada, no me sentía en mi casa, no me sentía querida”.
Tras una pausa en la que se secó las lágrimas, continuó: “Recuerdo que una vez le escribí una carta a la jueza contándole que estando en una cena familiar él me miraba con un asco… Yo no entendía por qué. Entonces, él me miró y me dijo ‘tenés olor a culo, no te quiero al lado mío’”.
"Para él siempre había algo mal. Si tenía el pelo largo parecía una sirvienta, si usaba un par de zapatillas era una pobre y ser pobre y sirvienta para él era un asco… Me gastaba… y a los nueve años no quise verlo más”.
Acto seguido, reveló: “Llegué a casa destrozada. Para él siempre había algo mal. Si tenía el pelo largo parecía una sirvienta, si usaba un par de zapatillas era una pobre, y ser pobre y sirvienta para él era un asco… Me gastaba… y a los nueve años no quise verlo más”.
En cuanto a una posible reconciliación con su papá, Anna confesó que hasta pensó en tramitar el cambio de apellido para no ser más Biasotti y afirmó: “Él nunca quiso comunicarse conmigo. Yo no odio ni nada, pero haberlo escuchado en los medios hablar de mí me resultaba hipócrita. Me gusta la idea de hacer Justicia, de limpiar”.
En este contexto, hace dos años Ricardo Biasotti había admitido que no tenía contacto con Anna Chiara del Boca hacía ocho años y lo justificó: "Existe algo que se llama Síndrome de Alienación Parental (SAP). Esto es producto de una actitud que tiene algunos padres, sobre todo las mujeres, en la que consideran que los hijos son una posesión de ellos y de nadie más. Se sienten con el derecho de dejar afuera de esa imagen al otro padre. Esto lamentablemente ha sido probado por varios peritos de la Corte Suprema en este caso. Esto existía".