Quienes vivieron su adolescencia y niñez allá por los años noventa seguramente recordarán Jugate Conmigo, el programa de juegos, clips y canciones que debutó en 1991 con Cris Morena como conductora, a quien se la veía acompañada de un staff de chicos y chicas.
Cada uno con su particular encanto, Andy Botana lucía sus rulos y ojos celestes, con los que generaba suspiros en sus fans. Era uno de los galanes, y lo sabía.

En 1997, y a pesar de haber participado en otros importantes ciclos de televisión -como Sorpresa y media, las novelas 90-60-90, Quereme, Amigovios y Mi cuñado- Andy decidió bajarse del mundo del espectáculo, anotarse en la facultad a estudiar y no volver a pisar nunca más un set.
¿Qué pasó en el medio que lo llevó a cambiar de rumbo? “Decidí no continuar más con la tele, sentía que no encajaba en el ambiente y no me sentía satisfecho. Elegí estudiar y trabajar de una carrera. Al principio fue bastante duro hasta que me logré adaptar”, le contó Botana a la revista Paparazzi.
Desde ese momento, siempre trabajó en relación de dependencia en marketing y comercialización, y en varias empresas de distintos rubros.

Botana, que hoy está abocado a su propio emprendimiento, un estudio de arquitectura comercial donde con un socio diseñan y desarrollan espacios de trabajo, oficinas y locales comerciales, no tiene el mejor recuerdo de esos días de megaexposición.
“Nuestro mayor momento de fama fue bastante complicado. Era difícil moverse sin que te pidan un autógrafo, foto, beso. Yo entendía la situación, pero no me sentía muy a gusto con eso”, relató. En su mente quedó grabado lo que Gustavo Yankelevich les dijo a él y a sus compañeros el primer día de Jugate: “La fama dura como un peso en un canasto, nunca se sabe, así que disfruten y no se la crean”.
“Nuestro mayor momento de fama fue bastante complicado. Era difícil moverse sin que te pidan un autógrafo, foto, beso. No me sentía a gusto".

“Lo que me pasa muy seguido es que la gente me ve cara conocida, pero no sabe de dónde. Entonces comienzan ‘yo te conozco de algún lado’, hasta que caen y se acuerdan. No me fastidia para nada, no reniego de mi pasado”, aseguró Andy, que está casado con Laura, y es papá de dos hijas, Serena (17) y Bianca (12).