En los últimos años, Andrés Parra (42) se erigió como el actor colombiano con mayor talento y proyección internacional, gracias a sus roles como Pablo Escobar en El Patrón del Mal, de Hugo Chávez en El Comandante, la biopic del expresidente de Venezuela, y su gran papel en la película argentina La odisea de los giles, junto a Ricardo Darín. En esta ocasión, el artista estelariza El Presidente, en la que se puso en la piel de Sergio Jadue, el ignoto presidente del club chileno La Calera, desde donde llegó a ser presidente de la Asociación Nacional de Fútbol Profesional de Chile (ANFP), y de ahí en tiempo récord consiguió un cargo en la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol).
Así es como se conecta con el FIFA Gate, en el que Parra es el protagonista del escándalo de corrupción que sacudió al mundo del fútbol, con Julio Grondona señalado como el máximo responsable de la trama, a pesar de que ya estaba muerto cuando el FBI terminó su operación.
La producción original de Amazon Prime Video cuenta también con los roles estelares de Karla Souza y Paulina Gaitán, entre otros, y es dirigida por Natalia Beristain, Gabriel Díaz y Armando Bo.
"Creo Sergio Jadue es un personaje muy humano, y es algo que procuro hacer con mis personajes".
En medio de la gran repercusión de la serie, Andrés habló vía Zoom con Ciudad desde Bogotá, donde vive con su esposa Diana Cádiz, con quien tuvo a Samuel (1 año y cuatro meses). Relajado, reflexionó sobre su personaje, pero además contó cómo pasa la cuarentena en su casa como cocinero de la familia, mientras continúa su exigente rutina de entrenamiento para mantener el ritmo como ciclista aficionado.
-Te tocó hacer un personaje de una dirigente de fútbol corrupto, pero súper ingenuo y hasta tonto a la vez. ¿Cómo lo encaraste?
-Ese fue el punto de partida desde el que decidimos arrancar con Armando Bo (creador y director de la serie) y basándonos en las investigaciones que habíamos hecho cada uno por su lado. Nos pareció arrancar desde el Sergio Jadue que no encaja bien en ninguna parte, que tiene el deseo de tener un ascenso social, presionado también por su esposa. Fue muy bueno para empezar a dibujar la curva dramática que termina llevando al personaje al borde del abismo.
-En esa construcción artística, uno se termina encariñando con ese simpático villano.
-Creo es muy humano, y es algo que procuro hacer con mis personajes. No quedarme solo en una faceta, ni ser un villano malísimo ni un bueno santo, porque creo que el ser humano tiene esa complejidad. Puedo estar haciendo algo malo, pero no tener un temperamento malvado. O al revés, ser una muy buena persona y terminar cometiendo un acto atroz. En ese sentido, la empatía viene porque Jadue es víctima y victimario a la vez. Se mueve en los dos ámbitos. Si bien es cierto que él podría haber tomado otras decisiones en su momento, entró en un juego en el que están todos corrompidos, que es el modus operandi. Es como se lo dijo Julio Grondona en una de las escenas: “O comemos todos o no come ninguno”. Eso lo hace trágico y como espectador sabiendo lo que se viene, que la caída libre es inevitable, se ve a este hombre intente salvarse hasta el último segundo, lo hace particularmente patético y cómico.
"Que la caída libre sea inevitable, y que este hombre intente salvarse hasta el último segundo, lo hace particularmente patético y cómico".
-¿Cuánto conocías del FIFA Gate antes de recibir la propuesta?
-Yo nunca fui futbolero. El FIFA Gate lo seguí por los noticieros, pero fue algo a lo que no le dediqué especial atención. Cuando me llegó la propuesta me hablaron de hacer un thriller deportivo sobre fútbol. Me llamó mucho la atención la temática, en ese momento no lo conecté con el FIFA Gate. Me imaginé que podía ser cualquier otra cosa. Y cuando empezaron a llegar los guiones, las investigaciones y ya sabía que era Sergio Jadue y demás, me pareció una historia muy potente. Me sentí muy afortunado de poder ser parte de eso.
-Te tocó hacer a Pablo Escobar, a Hugo Chávez y ahora a Sergio Jadue. ¿Te dio más miedo meterte en mundo del narcotráfico, el de la política o el fútbol?
-Son mundos muy pesados. Yo transité por la corrupción en el narcotráfico en el Patrón del mal, en la política también cuando hice a Chávez y ahora esto. Yo nunca me hago la pregunta sobre qué pasará, si es que voy a tener problemas. Me parece que son temas que hay que tocar y que es importante mostrarle a la gente la otra cara de un deporte que nos ha traído tantas alegrías y tristezas. Es bueno que la gente pueda ver que el fair play (N del R: el juego limpio) no empieza ni termina en la cancha. Que lo que hay detrás es absolutamente aterrador.
-¿Cómo lograste conseguir ese acento chileno tan convincente, siendo que sos colombiano?
-Ojalá que en Italia piensen que en realidad soy chileno. Fue un trabajo muy intenso, me costó muchas horas de trabajo frente a la computadora escuchando hablar a chilenos en la radio, en la televisión, en películas. También trabajé muy duro con mi coach vocal para encontrarle el timbre a la voz de Jadue. Al final, también en Chile tuve una coach vocal para tratar de encontrarle el timbre a la voz de Jadue. Si uno hace bien la tarea, trabaja, se oye, practica, ensaya y logra superar el miedo y la vergüenza… Yo lo comparo a cuando alguien aprende a hablar en inglés, que sabe que lo puede hablar, pero no es capaz de hablarlo porque no suelta la lengua. Una vez que se suelta la lengua, ya está. Se entra en un terreno de libertad creativa e interpretativa que es muy sabrosa, pero para llegar a ese punto no se lo puede dejar librado a la suerte.
-¿Cuándo rodaron la serie?
-Fue en el primer semestre del año pasado. Habíamos empezado en marzo o abril, y terminamos en agosto, si mal no recuerdo. Fueron unos cinco meses de trabajo intenso. Se rodó Chile, en Argentina, en Miami.
-¿Quedaste conforme con el resultado final de tu labor?
-Vi nada más que dos capítulos y estoy muy entusiasmado para verla. Me pasa que ya no me acuerdo de qué trataba cada capítulo, pero tengo mis cuadernos con mis anotaciones y tampoco los miro. Quiero sentarme a ver la serie como un espectador más. Voy a ver si lo logro, y sin ser tan duro en las autocríticas.
"Tenemos un bebé de un año y cuatro meses con nosotros que demanda muchísimo tiempo. Soy el cocinero elegido de la casa, hago los desayunos, almuerzos y cenas de la casa. Como soy aficionado al ciclismo, entreno y tengo un simulador en mi casa, por eso me levanto muy temprano para entrenar".
-¿Cómo te resultó la experiencia de trabajar con gente de tantas partes del mundo?
-Fue muy interesante. Al final uno se encuentra con diferentes escuelas artísticas, distintas formas de trabajar, diversas maneras de abordar los personajes y escenas. Así se aprende mucho. Es una experiencia muy rica, porque más allá de los actores, también la producción tenía gente de toda América Latina. Creo que estamos en un momento en el que podemos unir talento de toda América Latina y crear productos de muy buena calidad. No tenemos que cerrarnos a que las producciones argentinas solo las hagan argentinos, o si es en Colombia solo sea con colombianos. Las plataformas de streaming lograron potenciar el talento del continente. Eso está muy bueno. Piensen que tuvimos tres directores, uno argentino, otro chileno y otro mexicano. Son proyectos que exigen que uno se adapte todos los días, todo el tiempo. Porque viene un actor o un director de otro país. Uno se reacomoda todo el tiempo. Tuvimos también tres producciones distintas de trabajo, con diferentes vestuaristas, iluminadores, camarógrafos. Eso logra que sea una experiencia muy viva, intensa.
-Cambiando de tema. ¿Cómo vivís la pandemia de coronavirus en Bogotá?
-Hago mucho oficio, desde que nos despertamos hasta que nos dormimos. Tenemos un bebé de un año y cuatro meses con nosotros que demanda muchísimo tiempo. Soy el cocinero elegido de la casa, hago los desayunos, almuerzos y cenas de la casa. Como soy aficionado al ciclismo, entreno y tengo un simulador en mi casa, por eso me levanto muy temprano para entrenar. Voy a hacer las compras. Cuando el nene se duerme, trato de ver alguna serie, me meto a YouTube. Hace como tres meses que estamos encerrados y como están las cosas creo que el año se vaya así. No me extrañaría que nos quedemos encerrados hasta principios del 2021.