El viernes por la noche falleció Héctor Ricardo García, el creador del diario Crónica y la homónima señal de televisión, a los 86 años. Periodista visionario como pocos, compartió los últimos 22 años de vida con Anabela Ascar (55), quien lo cuidó en su casa hasta el último suspiro.
Todavía en duelo, Ascar contó en Confrontados cómo fue el progresivo deterioro que padeció García, luego de que hace siete años tuviera un agresivo ACV: “En 2013 perdió el habla, y como el músculo es el mismo que el de la deglución, tenía problemas para comer. Al año siguiente le pusieron un marcapasos. Y el 10 de febrero de este año se quebró la cadera, le pusieron varias prótesis y cuando ya parecía que estaba todo bien, se le infectó. Le tuvieron que dar hasta morfina para paliar los dolores. Él con señas me decía que por favor no quería vivir más”. Luego, afirmó conmovida: “Estuve literalmente un año encerrada en una casa ayudándolo a poder soportar el dolor y la enfermedad que tuvo”.
"Dos días antes de morir, a las dos de la mañana me pidió que lo levante, lo puse en la silla de ruedas y fue al hall de la casa. Entonces, me señaló la puerta del garaje hizo la señal de salir. Yo pensaba que quería salir a pasear, pero me hizo una seña de acostarse y partir".
Entonces, Anabela detalló: “Yo dormía en una camita al lado de él. Y el miércoles a las dos de la mañana me pidió que lo levante, lo puse en la silla de ruedas y fue al hall de la casa. Entonces, me señaló la puerta del garaje, hizo la señal de salir. Yo pensaba que quería salir a pasear, pero me hizo una seña de acostarse y partir”.
"¿Vieron que se habla de la mejoría de la muerte? El viernes se levantó de su lecho florecido. (...) A las 10 de la noche la enfermera se tenía que ir y le avisé a Héctor que le iba a abrir, y él me saludó. Cuando volví con los ravioles ya estaba muerto".
Y continuó con lágrimas en sus : “¿Vieron que se habla de la mejoría de la muerte? El viernes se levantó de su lecho florecido. Y le dijo a una enfermera que lo lleve hasta el perchero y le dijo hasta la ropa que se quería poner. Entonces, lo llevamos a un supermercado en el que le gustaba pasear con un carrito a motor y anduvo por todos lados. Al salir de ahí, le dije a Héctor que teníamos que ir a comprar los antibióticos a la farmacia, pero él me dijo que no, y cuando le pregunté me hizo la seña de que se iba para arriba. Y le dije que la muerte no es voluntaria. Cuando llegamos a casa me dijo que quería comer ravioles que se había agarrado del supermercado, se puso a ver la tele, porque estaba conectado con el periodismo todo el tiempo. Cuestión que a las 10 de la noche la enfermera se tenía que ir y le avisé a Héctor que le iba a abrir, y él me saludó. Cuando volví con los ravioles ya estaba muerto. Yo no lo podía creer, estaba sola, porque mi mamá que es grande estaba en su habitación. La impresión que tengo es que me anunció que se iba y que se fue en el momento en que me lo dijo. Todavía estoy shockeada”.
"Él quería descansar en su casa, no quería un velatorio. Entonces, lo dejé en su cama en el living, le puse dos veladores, y le dejé la televisión sin audio. Lo dejé así 24 horas. Se veló a sí mismo".
Por otra parte, Anabela Ascar explicó cómo cumplió con la última voluntad en vida de Héctor Ricardo García, una vez fallecido: “Él quería descansar en su casa, no quería un velatorio. Entonces, lo dejé en su cama en el living, le puse dos veladores, y le dejé la televisión sin audio. Lo dejé así 24 horas. Se veló a sí mismo. Hasta que el sábado a las 8 de la noche vino la cochería, se lo llevó, lo preparó y después hicimos el responso. No quería velatorio porque no quería que lo vieran. Él me dijo que lo deje descansar tranquilo en su cama, no quería que lo vieran mal”.