Con una larga trayectoria sobre las tablas, Ana Acosta tuvo la necesidad de abrir otro frente laboral para poder sostener su familia. Fue así que la actriz, junto a su marido, tomaron la decisión de inaugurar un local de vestidos de fiesta en el barrio de Once.
Lejos del escenario, Ana recibió a la cámara de Buenos días América para mostrar su labor en la tienda, en donde atiende en persona a las clientas, además de disfrutar el trabajo codo a codo con el padre de sus dos hijas.
"Hace 9 años que mi marido me dijo '¿y si vuelvo al rubro?'. Porque él toda su vida fue vendedor de zapatos. Y yo le dije que sí, para relajar y no tener tanta presión yo que, sobre todo, soy actriz de teatro".
"Venía laburando con mi marido en el teatro y, al principio, nos iba bien porque éramos dos, pero después terminamos siendo cuatro y la carga de ser el negocio de familia me estaba pesando… Porque hubo momentos en los que tenía muy buenas temporadas, ganaba muy bien, y después pasaban tres meses y lo que podíamos haber ahorrado nos lo consumíamos", relató Ana, dejando entrever su inestable situación económica, lo que la motivó a desembarcar en el Once.
"Hace ya nueve años que mi marido me dijo '¿y si vuelvo al rubro?'. Porque él toda su vida fue vendedor de zapatos. Y yo le dije que sí, que estaría bueno para relajar y no tener tanta presión yo que, fundamentalmente, soy actriz de teatro", reconoció.
Luego, Acosta contó por qué optó por instalar su local en el Once: "El lugar pensado siempre fue el Once porque acá empezó mi marido: él llegó a tener una fábrica, dos locales, pero por esas cosas del país tuvimos que cerrar todo. Entonces, empezamos a trabajar juntos con mucha esperanza… En el Once se consigue de todo y tiene unos precios súper acomodados. Gracias Dios nos va bien… ¡Yo como vendedora soy muy buena actriz! Pero la gente se acerca con mucho cariño", expresó Ana, con una cuota de simpatía.