El 6 de abril, Agustín Sierra compartió en sus redes la triste noticia de que el día anterior había muerto su papá, Beto. Apenas enterado del suceso, el actor se mudó de su casa de Saavedra, donde cumplía la cuarentena, a la casa familiar en Del Viso para acompañar a su mamá María, a su hermano Roberto y a su abuelo, que tiene 88 años y está enfermo.
Y hoy, a un mes y medio de la pérdida, el actor habló Nico Peralta para la revista Pronto sobre cómo sobrelleva su tristeza en estos días de aislamiento social. Por lo pronto, aceptó ser parte del relanzamiento virtual de la obra Sex, viví tu experiencia en la que ya participaba, con cada artista haciendo lo suyo desde su casa.
“La cuarentena a mí me golpeó duro por la pérdida de mi viejo. Falleció el 5 de abril y a partir de ese día me vine para acá para estar con la familia: vine a acompañar el dolor y a poner el pecho”, dijo el ex Chiquitas.
La muerte de Beto nada tuvo que ver con el coronavirus: Agustín explicó que su padre padecía una enfermedad hereditaria de la sangre llamada Rendu-Osler. “Mi viejo ya venía enfermo hacía muchos años y nosotros pensábamos que era una internación más de la que iba a salir, pero no”, señaló.
Al momento de la internación de su papá, el actor estaba aislado en su departamento esperando que pasaran los 15 días de su regreso de un viaje a Mar del Plata que había hecho en marzo para una boda para poder visitarlo.
“Mi viejo ya venía enfermo hacía muchos años y nosotros pensábamos que era una internación más de la que iba a salir, pero no”.
“Lamentablemente, no llegué a verlo. Rompí la cuarentena bajo las circunstancias de que había fallecido mi viejo y me tenía que hacer cargo con mi hermano, de todo el papelerío, y una vez que vine acá ya me quedé con la familia y no volví más a Capital”, contó.
Lo que más lamenta es que no lo pudo ver antes de su fallecimiento. "Lo pude despedir por teléfono un par de días antes, pero después él ya empeoró y había entrado en coma. No podíamos entrar a verlo”, explicó.
“Lo pude despedir por teléfono un par de días antes, pero después él ya empeoró y había entrado en coma y no podíamos entrar a verlo”.
Para el último adiós, el artista contó que hicieron una misa muy íntima. “Vino una persona a decir unas palabras y demás, pero estábamos solo mi mamá, mi hermano y yo. Después lo cremamos y con las cenizas vamos a hacer lo que nos parezca”, agregó.
Agustín se refirió a esta última decisión con gran pesar: “Esa fue una parte de mucho dolor porque mi viejo, por así decirlo, era famoso por lo buena gente que era y por lo que lo querían”.
“Y si alguna vez imaginamos ese momento, lo imaginamos con una sala medio repleta de gente, como el velorio más grande del mundo. Creo que eso fue parte de lo más doloroso de haberlo perdido en esta época, pero no va a faltar oportunidad de hacer una fiesta en honor a él y despedirlo con sus seres queridos”, concluyó, sobre el homenaje que planea hacerle.
“Como él hubiese querido, con toda esa gente hermosa que lo quería", cerró.