Con tan solo 9 años Mariano Sinito (24) había cumplido el sueño de su vida, y el de otros tantos millones de grandes y chicos: conocer a Diego Armando Maradona, darle un abrazo y además disfrutar de una charla mano a mano. Eso sucedió hace 15 años, cuando participó de Agrandadytos, el programa que conducía Dady Brieva.
“A partir de ese momento hubo un antes y un después en mi vida”, afirmó Sinito en una nota con Clarín. Es que cuando vio al Diez en persona delante de sus ojos la emoción lo ganó por completo y estalló en llanto al instante por la felicidad, incluso a pesar de saber como uno de los mandamientos de la iglesia maradoniana, de la que era un fiel devoto, que “a Diego no le gusta que lloren”.
Niño tierno y genuino, Mariano tocó "el cielo con las manos" y sufrió las consecuencias de la fama, la envidia y la crueldad de los demás: “Después de eso pasé por lo que consideré un pequeño infierno. Cuando volví a mi vida normal me encontré con un bullying y una desilusión muy grande”.
"Yo iba a un colegio religioso, y como estaba en la Iglesia maradoniana no me dejaban participar de las horas de catequesis porque decían que yo hacía herejía".
Así, explicó: “Tuve un castigo grande y miradas feas de parte de los adultos. Yo iba a un colegio religioso, y como estaba en la Iglesia maradoniana no me dejaban participar de las horas de catequesis porque decían que yo hacía herejía. Me sacaban del aula y me mandaban a confesarme. El vicedirector del colegio en los actos hablaba sobre los que adoraban a falsos ídolos y me miraba a mí adelante de todos… Fuera del colegio pasaba algo similar, al punto que empecé a negar ser ese nene. Hasta los 17 o 18 años, cada vez que me preguntaban si era yo decía que no. Me hizo perder muchísimas oportunidades, porque fue un trauma tan grande que la gente se burle de mí”.
Mal trance que -por suerte- pudo superar: “Después de mucho tiempo y años de terapia tuve la oportunidad de reconciliarme con ese recuerdo de Diego. Yo vi la muerte de mi ídolo delante de mis propios ojos. O cómo derrumbaban esa alegría que yo tenía de haberlo conocido, haciéndome sentir un imbécil por haber festejado ese momento. Por eso hoy quiero hacerle justicia a ese nene de 9 años al que le mataron la ilusión de tener un ídolo, a alguien que quería… O que quiere, mejor dicho. Hoy no me da vergüenza admitir que soy un paciente diagnosticado: padezco el síndrome maníaco depresivo, y uno de los detonantes, quizá a temprana edad, fue esa situación”.
"Hoy no me da vergüenza admitir que soy un paciente diagnosticado: padezco el síndrome maníaco depresivo, y uno de los detonantes, quizá a temprana edad, fue esa situación”.
Entre quienes lo dañaron estaba nada menos que Dady, el animador que lo bendijo con la posibilidad de encontrarse con Diego: “Quebré en llanto y Dady me dijo: ‘No vas a llorar como un boludo’. Ahí me enojé mal. Estaba por insultarlo, pero me acordé de que estaba en tele y, como no podía, me salió el rosarino de adentro. ‘¿Qué querés que le haga?’, le dije, sin pronunciar una sola 's'. Y desde ahí todo el mundo la repite”, cuenta.
De todos modos, asegura que no se arrepintió de haber participado de Agrandadytos: “Yo siempre retuve la alegría de haberlo conocido a Diego y eso es algo que nadie me va poder quitar. Pero a los ojos de los demás renegaba de esa situación. No debería haberlo hecho y estoy arrepentido de haber renegado de eso, pero nunca arrepentido de haber ido a Agrandadytos y haber conocido a Diego. A mí nunca me van a encontrar del lado de los anti Maradona: al igual que a Diego, me pegaron en todos lados menos en la memoria. Diego es una persona muy distinta a lo que pintan en los medios. Es una gran persona, un grande en serio. Yo tuve la chance de conocer al Maradona de verdad y quiero pedirle perdón por haberlo negado. Simplemente era chico y estaba triste”.
Es más, gracias a eso pudo participar de varios especiales de La Noche del 10. En la actualidad a sus 24, Mariano Sinito es periodista deportivo y cubre a Newell’s en radio La Red e informa sobre fútbol americano en NFL No Huddle.