Supo ganarse un lugar con mucho esfuerzo y bastante lucha. Hoy es una de las periodistas de espectáculos más respetadas del ambiente. Marcela Tauro (47) no se calla nada. Y ese estilo frontal y directo, a veces la termina envolviendo en algunas polémicas por decir lo que piensa.
Pero más allá de seguir construyendo una larga carrera profesional, con el correr de los años también fue transformando su cuerpo y hoy asegura que se siente mejor que cuando era joven. Pero aclara: "A esta altura no pienso ser modelo ni vedette, tengo sentido de la edad". Estas declaraciones las realizó en la , donde se animó a una producción súper hot.
La mejor panelista de la TV (según la encuesta que ganó en Ciudad.com) aseguró que no tuvo ningún ‘touch and go’ con famosos: “No… ¿La verdad? No me interesa. Además sería muy fuerte estar en la misma casa con otra persona que se maquilla… ja,ja, ja. Me interesan los hombres que nada tiene que ver con el mundo del show. De otro modo, nunca podría relajarme”.
Tauro confió que hoy su prioridad es su hijo Juan Cruz (6), fruto de su amor con su ex marido, el empresario gastronómico José María Alvarez, con quien asegura que tiene una muy buena relación. Y sobre su pequeño dice: “El que lleva los pantalones en la casa es él. Maneja el control remoto, decide lo que comemos y adónde vamos”.
Marcela explicó por qué no quiso tener más hijos luego de su haber dado a luz a Juan Cruz, ya que ambos estuvieron con riesgo de muerte. “El bebé nació a los siete meses, inmediatamente lo llevaron a Neonatología y recién pude verlo cuatro días después, porque estaba muy mal. Me trasladaron en silla de ruedas, y cuando puede abrazarlo… ¡me largue a llorar! (...) Poco después quedé embarazada y lo perdí. Y después temí correr peligro otra vez. Preferí cerrar la fábrica. Mi hijo me pide un hermanito, pero no va a venir. Quiero estar bien para cuidarlo a él. ¡Basta de riesgos!”.
Como dato de color, Tauro contó que su hijo le pidió que se pusiera de novia con el conductor más exitoso de la televisión argentina: “Cuando estalló la noticia de la separación con Sol Calabró, me dijo: ‘Mamá, me gustaría que te pusieras de novia con (Marcelo) Tinelli. Me parece que tiene muy buena onda’. Me reí a carcajadas y empezó a darme consejos: ‘Yo que vos le mando una carta con corazoncitos, se lo digo en la tele, le regalo un chocolate o algo así’. Entonces le pregunté qué pasaría si Marcelo viniera a vivir a casa, y me dijo: ‘No, mami. Me parece que él puede tener una casa copada y más grande que la nuestra. Mejor nos mudamos nosotros’”.
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