"Duele, duele mucho, pero qué grande mi mente llena de vos... llena de recuerdos, de sensaciones de abrazo, de sentirte, de meterte adentro mío, de besarte ese cuellito con ese olor tuyo, con esa entrega que sólo vos dabas...".
se llama el blog que Leonor Alicia Ardohain, familiar de Pampita, abrió en marzo de 2011. Un espacio en la Web donde esta psicóloga especializada en terapia holística decidió expresarse. "Este blog es una manera sencilla de caminar diciendo, de caminar percibiendo, de andar sintiendo, y de sentir andando.... ¿y qué mas es la vida?", dice el encabezado del sitio.
Durante su primer año, Leonor posteó 22 textos. Y en 2012 había subido dos más. Pero el 18 de septiembre decidió escribir uno nuevo para "compartir con otros", como bien dice el nombre de su blog. Sin dudas, esa fue de las 25 que escribió hasta el momento. Porque tan sólo 10 días atrás, Blanca, la hija de 6 años de Carolina Ardohain y el chileno Benjamín Vicuña, había fallecido tras una neumonía hemorrágica, conmoviendo a dos países y dejando un dolor y un vacío indescriptibles en la familia de la modelo y el actor.
En la tarde del miércoles 26 de septiembre, a poco de cumplirse tres semanas del adiós a Blanquita, Pampita (quien ya había retuiteado una conmovedora carta de un poeta chileno) decidió compartir con todos este texto de su familiar. Lo hizo nuevamente vía Twitter, la red social en la que la Carolina y Benjamín recibieron tanto cariño de la gente, y que se convirtió en vehículo para hacer una catarsis pública y -seguramente- necesaria.
"Cuánto duele y dolerá esta partida, Blanca mía... Cuánto soñé que juntas recordaríamos este mal momento, cuando tuvieras 15 años y te contara lo que habías producido, cuánta gente pedía por tu sanación, por que te conectaras con tu almita y pudieras transitar este momento en tu cuerpito enfermo...".
A continuación, el texto completo de Leonor Ardohain sobre Blanca:
Acompañando... a Blanquita
He leído en algún lugar, que cuando nos conectamos con nuestro lado doliente, aparece la capacidad de crear... y de recordar... y de caminar... y sentir que cada lugar vivido, cada pedacito de recuerdo... tiene y adquiere otra significación.
Quizás nunca sepas... mi querida chiquita... que hoy caminé contigo, que a cada paso cerca de tu casa, que a cada lugarcito recorrido juntas, que cada vidriera donde te parabas, cada puerta que transitamos juntas, cada caminata sobre los bordes salientes de tu casa, de mi mano, cada pedacito de tu casa, tiene algo de vos, de tu olorcito, de tu carita, de tus ojitos, de tu sonrisa, de tus manitas, de tu hermoso cuerpito... de tanto, tanto, que en mi mente y corazón estás, estás, sos aún una presencia...
Duele, duele mucho, pero qué grande mi mente llena de vos... llena de recuerdos, de sensaciones de abrazo, de sentirte, de meterte adentro mío, de besarte ese cuellito con ese olor tuyo, con esa entrega que sólo vos dabas...
Cuánto duele y dolerá esta partida... cuánto te llevaste... y cuánto dejaste.... Blanca mía... querida y amada muchachita, cuánto soñé que juntas recordaríamos este mal momento... cuánto soñé cuando tuvieras 15 años y te contara lo que habías producido, cuánta gente te acompañaba desde muchos lugares, pidiendo por vos, por tu sanación, por que te conectaras con tu almita y pudieras transitar este momento en tu cuerpito enfermo...
"Si tu misión acá termino, la acepto, si tu partida nos deja una enseñanza, por favor ayúdanos a transitarla, ayúdanos a ver cuál era, ayúdanos a poder sentir que valió haberte tenido, haberte disfrutado, haberte sentido, haberte acompañado durante 6 años, ayúdanos...".
Si tu misión acá termino, la acepto, si tu partida nos deja una enseñanza, por favor ayúdanos a transitarla, ayúdanos a ver cuál era, ayúdanos a poder sentir que valió haberte tenido, haberte disfrutado, haberte sentido, haberte acompañado durante 6 años, ayúdanos...
Ojalá pueda y tenga la capacidad de acompañar a esos otros seres, tan entrañadamente amados por mí, que vos elegiste compartir estos poquitos años, y pueda abrazarlos cada vez que lo necesiten, que pueda escucharlos y prestarles mis oídos cuando así lo requieran y que pueda sentir que algo de lo que aprendí en mi vida, sirva para que ellos tomen algo y sientan alivio a sus cortas vidas...
Recuerdo a alguien muy significativo en mi vida, que sólo me dijo cuando llegué acá... llegó el momento de llorarla, de entregarla, y de pedirle a Dios...
SEÑOR... CONCEDEME LA
SERENIDAD PARA ACEPTAR
LAS COSAS QUE NO
PUEDO CAMBIAR
VALOR PARA CAMBIAR
AQUELLAS QUE SI PUEDO
Y SABIDURÍA PARA RECONOCER
LA DIFERENCIA.