La gala de Aquadance fue doblemente desafiante para Verónica Perdomo. No sólo porque es un ritmo difícil por la destreza que conlleva, sino también por la resistencia física y pulmonar que requiere.
Como ella misma destacó, luego del ACV, estuvo tres meses con una traqueotomía para poder respirar. Por eso, el poder sumergirse en el agua y bailar al mismo tiempo, fue un símbolo perfecto de su avance. “Yo estuve tres meses con traqueotomía, y hoy estar acá en una pileta y todo… estoy agradecida de poder hacerlo”, declaró emocionada.
La coreografía, con música de Keane, dejó en evidencia sus dificultades y sus avances, sino también el compañerismo que hay entre ella y su bailarín, que la cuidó hasta en el más mínimo gesto, por ejemplo, cuando la ayudó a subirse desde una de las piletas.
Luego de eso, las devoluciones fueron un detalle. Al resultado de 38 puntos, le siguió un gran agradecimiento de la concursante “al universo y a Dios”. El final de la coreografía simbolizó el momento que atraviesa: un alegre festejo a la vida.
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