La revista Caras de esta semana publicó imágenes de Paulina Rubio junto a su pequeño hijo Andrea, de un año y medio, jugando con sus perros en un parque de Miami.
Paulina cayó en un pozo de tristeza cuando Colate se llevó a su hijo de vacaciones por España, gracias a que un juez le otorgó el permiso.
Según se puede apreciar en las fotos, la cantante está irreconocible. La mexicana está lejos de la imagen sexy de la "chica dorada", con ese cuerpo escultural que dejaba sin aliento a la platea masculina y que era envidiado por las mujeres. Aunque sigue siendo una de las mujeres más hermosas del mundo de la música, Paulina subió un poco de peso y perdió algunas de esas curvas peligrosas.
Pero más allá de lo estético, el motivo del cambio es personal. La cantante no está pasando un buen momento, luego de su separación de Nicolás “Colate” Vallejo-Nájera, que comenzó con un rumor en enero de este año, se confirmó en marzo cuando él solicitó el divorcio, y terminó en una batalla legal.
Fueron cinco años de amor y ahora se tiene que ver las caras nuevamente en Tribunales, aunque los dos faltaron a la última audiencia.
Sin embargo, lo más difícil para Paulina es el tema de su hijo, Andrea: la puja por la tenencia del pequeño es el punto más conflictivo del divorcio.
Es más, la revista cuenta que ella cayó en un pozo de tristeza cuando Colate se llevó a su hijo de vacaciones por España, gracias a que un juez le otorgó el permiso. Las versiones indicaban que ella no habría querido dárselo.
A la par de este mal momento, según los amigos de la artista azteca, Paulina dejó la buena y sana alimentación a base de frutas y verduras, de la que era una gran defensora, y ahora se estaría consolando ingiriendo gran cantidad de comida chatarra. Igual, ¡es una diosa!