“Lo que pasa en Las Vegas, queda en Las Vegas”, dice el dicho. Pero al pobre príncipe Harry esto no se le cumplió. El joven de 27 años se fue unos días a la Ciudad del Pecado a distenderse y todo terminó en un verdadero escándalo que dio vuelta al mundo.
Harry sólo quiso divertirse en la meca del juego y se animó a participar en un strip-pool. Y se ve que perdió estrepitosamente, ya que quedó como Dios lo trajo al mundo. Pero no estaba sólo: una jovencita, totalmente desnuda, aparece en las imágenes junto a él. Muy junto a él...
El tema es que el sitio TMZ.com no quiso "dejarlo en Las Vegas" y publicó las fotos, que algún testigo no tan ocasional sacó en un descuido del príncipe, y se armó un gran revuelo. La sangre azul no corre en Estados Unidos y las imágenes fueron subidas al sitio sin inconvenientes.
Pero los tabloides ingleses no tuvieron esa suerte. Para ellos esas fotos eran oro en polvo, pero la casa real británica, a través del prestigioso bufete de abogados Harbottle & Lewis, recurrió a la Comisión de Quejas de la Prensa (PCC) para indagar sobre la posibilidad de que los medios difundan dichas fotos.
De esta forma se recordó a los directores y editores de los medios de comunicación británicos las prácticas de buenas conductas. Según la ley, no se pueden publicar fotografías de individuos en lugares privados, al menos que sean de interés público.
Pero el periódico se las ingenió para poder informar sin incurrir en una violación a la ley. El diario, propiedad del magnate Rupert Murdoch, recreó en su portada una de las imágenes del príncipe Harry en compañía de una joven totalmente desnudos.
Lo más gracioso es que para la recreación trabajaron de modelos dos empleados del tabloide. El hombre de la foto se llama Harry, tiene 31 años y es editor de fotografía del diario, y la joven que lo acompaña es Sophie Henderson, de 21, becaria en The Sun.
Ingeniosos, los muchachos.