Es el doctor más famoso de la televisión y cuando fue su salud la que estaba en riesgo, fue el propio Alberto Cormillot quien reveló que había padecido un cáncer de colon. Y ahora, en plena recuperación luego de la exitosa cirugía, el reconocido médico habló sobre su recuperación, se refirió a la relación con sus hijos y también opinó sobre las cosas que no le gustan de Cuestión de Peso.
"No me gusta cuando en Cuestión de Peso hacen cosas en las que se pueden llegar a sentir ridículos. En general lo hacen poco, pero a veces se les escapa. Y el mensaje que llega con ese tipo de cosas, no es bueno".
Comenzando con una brutal autocrítica, reflexionó sobre el estricto vínculo que mantuvo con Renée Cormillot: "Con mi hija, cuando empezó a engordar a los 15 años, cometí todos los errores posibles. Procuré que adelgazara hasta los 20. Y lo único que logré fue generar una barrera entre ella y yo. Después me callé la boca. A los 25 adelgazó y se mantuvo un tiempo. Después engordó de vuelta, mucho, y ya nunca más le dije nada. Hasta que un día decidió hacerse el by pass gástrico. Ella me perdonó después. Pero yo me desesperaba porque sabía lo que iba a sufrir, todas las cosas que se iba a perder, las discriminaciones de las que iba a ser objeto”, contó el doctor en diálogo con el diario La Nación.
Luego el médico admitió ciertos desacuerdos con el programa de salud del que participa en la pantalla de El Trece: "No me gusta cuando hacen cosas en las que se pueden llegar a sentir ridículos. En general lo hacen poco, pero a veces se les escapa. Y el mensaje que llega con ese tipo de cosas, no es bueno. Y cuando hay situaciones en las que hay peleas entre ellos, no me gustan nada".
"Es muy difícil tener durante una hora y media la posibilidad de mandar mensajes de salud con ocho o diez puntos de rating. Eso es lo excepcionalmente bueno de Cuestión de Peso. Y por eso hago negociaciones con la producción".
Sopesando lo mejor y peor del ciclo, confesó: “Yo rescato que es muy difícil tener durante una hora y media la posibilidad de mandar mensajes de salud con ocho o diez puntos de rating. Eso es lo excepcionalmente bueno de Cuestión de Peso. Que es un envase amigable. Y por eso hago negociaciones con la producción. Por ejemplo, a veces los participantes tienen jornadas muy largas, porque tienen que grabar. Entonces hay un tira y afloje. A los productores les pagan para hacer rating. Y en el inconsciente de la gente hay un menosprecio al gordo. Eso existe. Y a la crueldad que puede tener la televisión con la gente gorda, se suma la exigencia del día a día, de grabar un programa todos los días y hacer todos los días una hora y media”.
Además, en su rol de nutricionista, Alberto fue descarnado: “La sociedad hace que vos engordes. La obesidad es un problema industrial. la explosión de obesidad viene junto con la explosión de las gaseosas azucaradas. Por eso, jamás tomo Coca-Cola. La tengo fuertemente identificada con el daño”.