Casi no da entrevistas, tiene un perfil bajísimo, las mujeres mueren por él. Pero esta vez Luciano Castro hizo catársis en una entrevista polémica, picante y profunda en la que realizó declaraciones inéditas para la edición de julio de la revista Playboy.
"Parezco más aislado de lo que soy. Nunca me vas a ver en Palermo-Gólico ni en ningún otro lugar de moda... Menos a los boliches, donde hay que estar a los gritos. Los detesto".
Su vida, sus padres, su hijo, su carrera, las novelas, su personalidad. Luciano Castro, a sus 37 años,habló de todo y si bien no hubo alusión directa a los rumores de separación de Sabrina Rojas, hizo una referencia que puede vincularse a su situación sentimental. Declaraciones ¡im-per-di-bles!
ALGUNAS POLÉMICAS
"Miro mucha tele en casa, mucho canal de deportes. Me siento un tipo aburrido pero normal. Voy al gimnasio, a veces me junto con amigos en una parrillita, tengo mi sesión de terapia. Parezco más aislado de lo que soy. Nunca me vas a ver en Palermo-Gólico ni en ningún otro lugar de moda... Menos a los boliches, donde hay que estar a los gritos. Los detesto".
"Para muchos debo ser muy rompebolas, porque yo soy mi propia empresa. Me gusta laburar en serio, rápido y no estar boludeando. Sabés la cantidad de idiotas con los que laburé que llegan al set y no se saben la letra, y el tiempo que eso demanda. Hay que ser profesional o aprender a serlo, porque con la carita sola no llegás a ningún lado".
"Para muchos debo ser muy rompebolas, porque soy mi propia empresa. Me gusta laburar en serio, no boludear. Sabés la cantidad de idiotas con los que laburé que llegan sin saber la letra, y el tiempo que eso demanda".
"Me aburre un montón hacer novelas. Me aburren las novelas, hacer novelas, un género complicado y muy pero muy subestimado, que tiene otro ritmo, otra cadencia", reconoce Luciano Castro, quien fue otrora protagonista de ese estilo de programas. Ahora se prepara junto a Celeste Cid para ponerse a la cabeza de Sos mi hombre, "una comedia con un elenco bárbaro", según él mismo define, marcando la diferencia con el estilo típico de la "novela".
"Las entrevistas no son mi fuerte, no hay mucha vuelta, soy así. Igual he dado notas y hay periodistas en el medio que respeto porque consultan, van a las fuentes, a mí me rompe las pelotas la falta de respeto. Me saca. Respeto mucho a Angel de Brito, y me encanta el estilo de Beto Casella, que desdramatiza todo".
SU CARRERA
"Ni en mis mejores sueños pensé que estaría donde estoy, ni que se me darían el lugar y la importancia que me dan ahora. Insisto, y no me tiro a menos. Estoy de racha, pero una racha que me la gané, porque trabajé y rendí".
"Me aburre un montón hacer novelas, un género complicado y muy subestimado, con otro ritmo, otra cadencia".
"Llevo veinte años en esto y diez la pasé para el culo".
"Soy responsable, me acuesto temprano, no me voy de joda porque sé que al otro día no rindo".
"Lalola me salvó la vida actoral. Me dio un espaldarazo fuertísimo. Fue la inyección que necesitaba mi carrera. Fue en el momento justo, increíble, y volvería a trabajar con cada uno de los que hicimos ese programa".
SU FAMILIA
"Hay periodistas que respeto porque consultan, van a la fuente. Respeto mucho a Angel de Brito, y me encanta el estilo de Beto Casella, que desdramatiza todo".
"Con mi madre nunca me enojé, y con mi viejo tuve algún cortocircuito, típica furia de adolescente con su padre, pero todo bien. Por suerte ellos están bien y nosotros estamos bien. Y con mi viejo, aunque no nos hablemos ni veamos todos los días, tengo una gran relación. Él me dio mucho. Yo tengo un gimnasio de boxeo gracias a él; yo amo el tango y conozco a los grandes cantores de todos los tiempos por mi padre, él me desasnó en un montón de cosas".
"Laura, mi hermana más grande es bárbara, contenedora y además me encanta porque no me ve nunca en la tele. Emilia es mi otra hermana, que estuvo bajo mi ala hasta que se dio cuenta que ya no me necesitaba más. De tanto estar conmigo la llamaban 'Lucianita'. Joaquín, mi hermano más chico es un caso especial. Casi no vivimos juntos, cuando yo me fui de casa, a los 20, él era muy chico. Hay doce años de diferencia, pero ahora, él con 25, nos estamos acercando y disfrutando".
"Un amor incondicional no es sano en una pareja, yo no pienso hipotecar mi vida por una pareja, pero sí lo creo en una familia".
"Me gustaría que mi hijo Mateo (10) tenga el hambre que tiene mi viejo. Eso, sí, quiero que tenga ese espíritu, el hambre para vivir. Le digo que quiero que tenga ese espejo, esas ganas de salir adelante, porque ser así creo que te salva. A pesar de que mi viejo es solitario, un tipo ermitaño, pero eso es otra cosa".
ALGO (SÚPER MÍNIMO) SOBRE SU VIDA PERSONAL
"Un amor incondicional no es sano en una pareja, yo no pienso hipotecar mi vida por una pareja, pero sí lo creo en una familia. Yo hoy en día siento amor incondicional sólo por mi hijo, ni siquiera por mi vieja".