El año pasado, y gracias a una gran gestión de Denise Dumas, Marcelo Tinelli abrió por primera -y única- vez las puertas del famoso cuarto piso de Ideas del Sur, durante la emisión de ShowMatch, y develó uno de los misterios mas grandes de nuestra farándula contemporánea.
Tiene dos sectores, uno preparado para maquillaje y peinado, y el otro es un gran living con sillones y una mesa ratona para reuniones. En ambos espacios hay plasmas. Además: baño con ducha y un gran placard.
A casi un año de aquella noche, el conductor número uno de la televisión argentina volvió a sorprender cuando esta tarde en Este es el show mostró su flamante camarín. Aunque en alguna que otra oportunidad se vio algo de ese “refugio”, en algunas notas con importantes revistas, por primera vez hizo un recorrido con una cámara. No sólo contó lo que tiene, sino que mostró detalles hasta ahora desconocidos.
Desde afuera, el camarín parece un simple pasillo largo todo pintado de blanco... pero las apariencias engañan. Ni bien se abre la puerta, se puede ver un gran espejo con luces y una mesada llena de cosméticos y perfumes. Cerca de la puerta tiene un gran televisor (tipo LCD o LED).
El lugar está todo alfombrado en tono beige, arriba del espejo tiene distintos portarretratos en blanco con fotos de sus hijos y al lado un cartel de neón con la frase budista “Si sucede, conviene”, que le regalaron su hija Candelaria y su yerno Nachito Lecouna. Luego, unos pasos más y aparece el extenso placard con las prendas exclusivas que Marcelo viste cada noche, que hacen que se lo vea guapísimo por la pantalla de El Trece.
Un sistema de cámaras y un identificador de huellas digitales protegen la privacidad de Tinelli, además de una salida directa a su estacionamiento exclusivo.
Frente al placard está el baño (con ducha) con doble circulación, también en tono blanco. Hay una ducha y otra puerta que da a otra parte del camarín y a un pasadizo “secreto”. Volviendo casi a la puerta de entrada, al costado, hay un living divino con sillón blanco esquinero, con muchos almohadones de colores, una mesa ratona y otro plasma gigante. Además una pequeña mesa en una esquina con un gran jarrón lleno de flores, blancas por supuesto. El datalle de color: una caramelera con dulces de todo tipo. En una de las paredes hay un cuadro con la imagen de Lotso (o Lots-o'-Huggin Bear, de la película Toy Story) que se lo hizo su hija Cande.
Tinelli regresó a la otra puerta del baño que da a ese pasadizo secreto, que ya dejó de serlo. El conductor subió unas escaleras que lo llevaron hasta un estacionamiento privado. Lo primero que se pudo ver fue un auto… ¡sí, blanco!, pero que -aclaró- no es suyo.
Por último, un sistema de cámaras y un identificador de huellas digitales protegen la privacidad de Marcelo. ¡Qué tal!
¡Mirá el video del camarín de Marcelo Tinelli!