Visiblemente sensible, con las emociones a flor de piel y una panza de siete meses de embarazo, Pamela David charló íntimamente con Infama.
La conductora de Desayuno Americano analizó lo diferentes que fueron las gestaciones de Felipe, que ahora tiene seis años (fruto de su relación con el basquetbolista Bruno Lábaque); y Lola, la beba por nacer. Durante el embarazo de su primer hijo debió trabajar los nueves meses, mientras que ahora puede, según sus propias palabras, disfrutar más la llegada de su primera nena.
"Después del primer embarazo por necesidad no pude dejar de trabajar. Tengo un recuerdo que me hace llorar. Nos íbamos a un boliche por microcentro a trabajar con Martín Ciccioli, y Feli era chiquito, tenía meses. Esto es literal: se me llenaban los pechos de leche y había una cola larga de chicas, yo con dolor, con dolor y extrañando, me hubiera quedado en la cama con el gordo, dando teta, pero tenía que salir, entonces bajé (de la camioneta que nos llevaba) e intenté mostrar que estaba todo bien, tenía una campera de colores y una sonrisa. La imagen era una cosa y lo que yo sentía era otra cosa y de la fila me gritan: "Andá a cuidar a tu hijo, pu...". Yo me morí. Me marcó... Cómo la gente no tiene idea lo que uno vive, cómo uno muestra algo y la realidad es otra", relató emocionada hasta las lágrimas Pamela.
A diferencia del embarazo de Felipe, ahora la conductora de Desayuno Americano, contó: "Quiero disfrutar estos dos meses que me quedan de embarazo y los primeros meses con mi hija, no me da culpa y ya pasé lo que te conté. Me dicen '¿para qué laburás?' ¡Porque tengo que laburar! No puedo dejar de trabajar, yo ayudo a mi familia, vivo de mí, aunque algunos piensen lo que quieran pensar...".
La pareja de Daniel Vila, uno de los dueños del canal América, donde ella conduce su programa, analizó: "Este embarazo me agarra desde otro lugar y por eso creo que lo voy a disfrutar. Yo tengo mi familia acá, que es mi mamá, mi hermanito y me hago cargo. Ella me ayuda, trabaja, pero la ayudo y es mutuo. Ella por ahí me hace trámites como si fuera mi asistente, mi mamá es una santa y me ayuda muchísimo, pero mi mamá y mi hermanito". Y recordó: "Cuando me vine a vivir a Buenos Aires alquilaba una habitación en Colegiales y hasta que cobrás, era un tema. Los llamados a Santiago del Estero eran un tema porque para no preocupar decía que estaba re bien. No me quiero victimizar porque a todos los que vinieron del Interior les pasó. Cada cosita me la gané con mi trabajo, pero hubo momentos en los que he tenido que decidir si me comía la hamburguesa o me tomaba el colectivo, no muchas veces, pero he tenido momentos de necesidad".
Además, rememoró: "A Felipe nunca le faltó nada porque Bruno (Lábaque) se ocupó siempre. Daniel (Vila) reniega porque en su vida le pasó, pero yo no quiero y no acepto y soy así, tengo mi economía y estoy bien como estoy. Estaba acostumbrada a tener unos gastos, alquileres, impuestos, mil cosas".
Mirá el conmovedor relato de Pamela David en Infama.