"Cuando pierda todas las partidas
Cuando duerma con la soledad
Cuando se me cierren las salidas
Y la noche no me deje en paz..."
La estrofa repica con familiaridad sobre el recuerdo: así reza la primera frase de Resistiré. La canción, hit, y casi un himno a la fortaleza, que Estela Raval supo hacer propia. No sólo musicalmente, sino -o aún más- tomándola como una bandera de su vida, luego de 10 años de lucha contra un cáncer de mama, que finalmente la venció este 6 de junio de 2012.
La artista, de 83 años, estaba internada en la clínica Bazterrica y, desde el lunes, permanecía en una sala común tras haberse recuperado de la infección urinaria que la había llevado a ser hospitalizada. Aunque aparentemente su alta era inminente, una infección respiratoria complicó aún más su salud.
Palma Nicolina Ravallo -tal su verdadero nombre- había nacido el 19 de mayo de 1935 en Buenos Aires, su dote artístico no pudo evadir una prometedora carrera como cantante, que la consagró como una de las mejores voces de la Argentina desde 1955, cuando se sumó al grupo Los cinco latinos, inspirados en los famosos The Platters estadounidenses, y junto al cual recorrió el mundo entero.
Su particular registro vocal, su vitalidad, su alegría y el inusitado talento que lució sobre los escenarios, le permitieron cosechar éxitos a lo largo y ancho de todo el planeta.
Estuvo casada con su compañero de grupo, Ricardo Romero, quien era el director de la banda, corista y trompetista. Compartieron 34 años de matrimonio y tuvieron tres hijos: Mónica, Ricardo y Hernán. A pesar de estar separados, Ricardo seguía siendo parte de Los cinco latinos.
Estela Raval incursionó como solista desde 1970 hasta 1981, siempre junto a su esposo, y a partir de 1982 volvió a formar parte del conjunto que se comenzaría a llamar Estela Raval & Los cinco latinos, y con el que celebraron su 50 aniversario en 2007, en un álbum especial llamado Maravillosos 50.
En ese trabajo, por supuesto, estaba incluído uno de los temas más exitosos de toda su carrera: Balada de la trompeta, que podés escuchar sólo dándole play al siguiente video.
Su hija, Mónica Romero, horas antes de conocerse la triste noticia, había publicado un mensaje, con color a despedida: "Gracias mami por todo lo que me diste. Muy prontito estarás deleitando con tu voz a los ángeles. El cielo estará de fiesta con tu llegada. Aquí nos dejaste tu voz, tu amor increíble, y tu ejemplo… ya te estoy extrañando. Tu hija que te ama".
La cruel enfermedad, por la que haria un viraje de 180 grados en su vida, fue descubierta en 2002. Y casi de "casualidad". La artista, coqueta como pocas, había decidido inyectarse botox, pero el profesional que la atendió le recomendó que se haga una mamografía porque había descubierto un "pocito" en su mama derecha, que le llamaba la atención. El diagnóstico de cáncer no la amedrentó: se operó, pasó por quimioterapia, rayos y cambió de hábitos. Estela estaba decidida a no dejarse ganar. Y de algún modo lo consiguió: durante 10 años pudo seguir adelante, sin siquiera abandonar su vocación.
El mes pasado, en tanto, sufrió la grave recaída que la mantuvo internada hasta las últimas horas, cuando finalmente dejó este mundo.
El velatorio se llevará a cabo en la Legislatura porteña, desde esta noche. Y la balada de la trompeta, aquella que gime y llora, tal declamaba su letra, sonará más triste que nunca...