Es común leer o escuchar decir que la música está de luto, pero va más allá de ese arte que Luis Alberto Spinetta no sólo transitó sino que dio hasta su alma. Hoy es un país entero el que está llorando a un grande, a un poeta que dejó muchas canciones llenas de emoción, sabiduría y hasta enseñanza en cada una de sus canciones.
Ayer a la tarde, El Flaco murió a los 62 años, luego de luchar contra un cáncer de pulmón que le habían diagnosticado hace siete meses. A principio de este año había estado internado durante 25 días y fue intervenido por una enfermedad diverticular y fue dado de alta el 30 de enero.
Fue un ídolo para muchos, pero uno de los que vivió con un gran perfil bajo y con ningún plan de ser famoso, fueron pocas las veces que se habló de él en los medios que no haya sido por su virtuosismo. Y así también fue su despedida, sus admiradores se hicieron presentes en la casa que el músico tenía en Villa Urquiza y pudieron aunque sea demostrarles, algunos con carteles y flores, esa inmensa tristeza a los hijos de Spinetta cuando salieron para dirigirse a la casa velatoria.
Los restos de El Flaco fueron velados en la funeraria ubicada en O'Higgins 2842, Belgrano, y allí estuvieron sus compañeros de la vida como Ricardo Mollo, Charly García, Fito Páez, Fabiana Cantilo, Emmanuel Hourivlleur, León Gieco y Juanse, entre otros.
Al mediodía los restos de Luis Alberto serán trasladados para ser cremados en el cementerio Memorial de Pilar.