Es la historia de un amor como no hay otra igual: la de Diego Armando Maradona y Dalma Salvadora Franco. O en la intimidad del hogar familiar, Dieguito y Tota.
La mamá de Maradona murió el domingo a los 82 años tras padecer un paro cardíaco, luego de ser internada con un cuadro de sepsis, insuficiencia renal crónica reagudizada, inestabilidad hemodinámica y deterioro de su estado general.
En vida, Doña Tota fue un pilar incondicional para sostener a Diego en las buenas y en las malas. Y el mejor futbolista de la historia quería a su madre incluso más que a la pelota. Por eso, cuando comenzaron los problemas de salud de su mamá, se tatuó la leyenda “Tota te amo” y una flor de fondo en su espalda.
Como en todo el mundo la pérdida se sintió como propia, Diego escribió una modesta pero emotiva carta de agradecimiento por el apoyo que recibió en uno de sus peores momentos. El texto completo:
“Quiero agradecer a la gente por el minuto de silencio en los estadios con todo el respeto. Al fútbol argentino y mundial. También los llamados de condolencia, desde nuestra presidenta, hasta los vecinos de Villa Fiorito de los primeros tiempos. Sé de las personas amigas que sufren conmigo, en silencio, la partida de mi madre. A la gente de Boca Juniors y al señor Riquelme por haber suspendido su merecido homenaje, esperando que pronto le sea cumplido. A mi papu, hermanos y sobrinos que amo. ¡Vamos a estar más unidos que nunca! Se fue mi novia, mi reina, pero en mi corazón late su nombre. ¡Te amo, Tota! Para toda la vida. ¡Nos vemos en el cielo, mamá!”.