Robin Williams y Susan Schneider se convirtieron en marido y mujer el domingo 23, en una ceremonia íntima en Napa Valley (sí, allí mismo donde Silvina Luna y su novio Martín Vari filmaron su video prohibido).
El actor, ganador de un premio Oscar por su papel en Good Will Hunting, tiene 60 años, cumplidos el 21 de julio pasado. Williams conoció a su esposa, que es diseñadora gráfica, hace dos años, cuando en pleno tratamiento por sus adicciones, tuvo que ser internado a raíz de problemas cardíacos. A la par que comenzaba su noviazgo con Susan, justamente, fue sometido a una cirugía para reemplazar su válvula coronaria, un trance complicado que pudo superar bien acompañado.
La hija de Robin Willliams, Zelda, muy moderna ella, tuiteó desde el casamiento contando lo que sucedía: "¡Que empiece la locura de la boda!", escribió, entre (muchas) otras cosas, y luego concluyó: "Estoy realmente feliz por mi padre y le deseo todo lo mejor. La boda fue hermosa. Ahora, que las cosas sigan positivamente".
El actor decidió casarse por tercera vez a sus sesenta años, luego de otros dos matrimonios: el primero con Valerie Velardi, en 1978, con quien tuvo un hijo, Zachary Pym, y luego con Marsha Garces (quien fuera la niñera de Zach), en 1989, la madre Zelda y a Cody Alan, sus hijos menores. Junto a su segunda mujer, en tanto, estuvo casado por 19 años, hasta su divorcio en 2008.
Luego de pasar por diversos problemas de adicción al alcohol y las drogas, recurrentes en su vida personal, al menos por el momento parece estar completamente recuperado... y felizmente casado.
Y comieron perdices.