La Biblia y el calefón, el exitoso ciclo que condujo el inolvidable Jorge Guinzburg entre 1997 y 2002, volvió a la pantalla chica de la mano de Sebastián Wainraich, su nuevo conductor. Ciudad.com estuvo en el lugar y te cuenta los detalles del debut del ciclo en la pantalla de El Trece.
La primera en llegar al estudio fue Natalia Oreiro. La uruguaya estuvo todo el tiempo de muy buen humor y hasta bromeó con el catering: “Ahora que estoy embarazada me ofrecen champagne”, dijo risueña, en alusión al bebé que está esperando, fruto de su amor con Ricardo Mollo. Su llegada también generó una andanada de comentarios por el impactante escote elegido para la entrevista.
Adrián Suar, quien llegó unos minutos después, cumplió un papel de invitado y de anfitrión a la vez. El gerente de programación de El Trece atendió a los invitados en todo momento y alentó a Wainraich en su difícil tarea de reemplazar a Guinzburg. Luego, llegaron Ricardo Darín y Diego Torres, y así se completó la lista de invitados.
Andrea Stivel, la viuda de Guinzburg, fue la encargada de reflotar este nuevo proyecto, y estuvo presente en el piso durante toda la grabación.
Durante el tiempo que llevó la producción del envío, reinó la buena onda, el humor y la cordialidad. Todos pusieron su granito de arena para que todo saliera lo mejor posible. Una vez terminado el programa, cerraron con un aplauso muy fuerte. Oreiro fue una de las primeras en irse porque, según comentó, tenía que hacerse una ecografía. Luego, el cantante se retiró raudo debido a unos compromisos con su nueva película, Extraños en la noche, dirigida por Alejandro Montiel. Minutos más tarde, Ricardo Darín abandonó el lugar.
Por su parte, Adrián Suar charló en exclusiva con Ciudad.com: “Lo viví muy bien, también algo nervioso por el regreso de este programa tan histórico para los argentinos. Me parece que salió bien”, dijo Suar. Y siguió: “A Wainraich lo vi muy tranquilo, muy relajado”.
Finalmente, fue el propio Wainraich, ya algo más tranquilo, quién habló con este sitio: “Lo viví muy bien, con muchas sensaciones, de nervios y alegrías. Sentí un poco de presión, pero a medida que pasaban los minutos me iba relajando”.
¡Mirá las videonotas y el imperdible backstage!