Fabiana Araujo habló en exclusiva con Ciudad.com y en una entrevista conmovedora contó como enfrenta el cáncer que padece. Un tumor maligno localizado en una mama que, por suerte y oportuna atención de Fabiana, pudieron diagnosticárselo a tiempo.
Sin embargo, ella afirma que no se siente una luchadora y que acepta la enfermedad porque, simplemente, es lo que le “tocó”. Casada desde hace 21 años, sin hijos pero sí portando título de abuela (de parte de su marido, Marcelo, quien es padre de dos chicas) la conductora de Donna Moda (por ) da una lección de vida.
-¿Cómo y cuándo te enteraste que tenías un tumor?
-En diciembre del año pasado me hice el control anual de mamografía y ecografía mamaria, que me dio todo bien. Y finalizando el verano, en los últimos días de marzo, me estaba poniendo protector solar y me encontré un bultito raro en la mama derecha. Me llamó la atención, pero como estaba cerca del período y tenía las lolas hinchadas pensé que era por eso. Me quedé con la intriga y fui a una médica, porque mi doctor no estaba, y me dijo que no era “nada, esto yo no lo toco”. Pero que repetíamos los estudios para que me quedara tranquila. Me los hice y no salía nada en imágenes, pero yo insistía porque tocaba algo raro.
"Apareció una imagen dudosa, se hizo una punción y el resultado de la misma fue que eran células malignas, un carcinoma".
-Entonces…
-Finalmente apareció una imagen dudosa, se hizo una punción y el resultado de la misma fue que eran células malignas, un carcinoma. Me operaron y de ahí surgió que era algo muy localizado, a pesar de que se trata de un cáncer. El tratamiento que sigue a esta intervención es radioterapia, que tengo que empezar la semana que viene, pero no tengo que hacer quimioterapia por la naturaleza del tumor y porque fue tomado muy a tiempo, por suerte.
-¿Qué sentiste cuando te comunicaron lo que tenías?
-No es un buen momento. Es el diagnóstico que nadie quiere escuchar. Primero te angustia, te asusta. Uno dice cáncer y te pensás ya con una peluca en mano y al borde de la muerte. Y además que es algo que afecta tanto a la femineidad… y yo trabajo mucho con la estética. Te asusta mucho. Pero desde el primer momento lo tomé con total aceptación y dispuesta a hacerle frente a lo que venga. Porque en el tiempo que tenés hasta conocer el resultado de la biopsia, hay tiempo para fantasear con todo. Justo en el medio de todo esto fue el fallecimiento de Patricia Miccio. Estaba en medio de la mamografía, pero ya tenía ese saber intuitivo de sentir que esto era malo, parece mentira pero uno sabe.
"Uno dice cáncer y te pensás ya con una peluca en mano y al borde de la muerte".
-No debe haber sido fácil pasar por esto y encima sufrir la pérdida de una amiga por cáncer
-No. Pasó lo de Patriciay pensé ‘uh, que momento’. Y empecé a imaginar todos los escenarios posibles, desde el más benigno hasta el peor de todos. Lo que yo hice fue entregarme a los médicos y al saber de ellos.
-Se nota que sos una mujer que la lucha y que no baja los brazos, ¿Lo vivís así?
-No sé (se desentiende del rótulo). Creo que no hay que pelear y luchar, porque parece una guerra y no lo es. Es una enfermedad y, en mi caso,una posibilidad de cura de un ciento por ciento. Uno también puede luchar contra una gripe o un resfrío. No hay que tomarlo como si fuese un enemigo. Además, esto no quiere decir que aunque pueda curarme sea más propensa a otras mujeres a que me pueda volver a ocurrir.
"Creo que no hay que pelear y luchar, porque parece una guerra y no lo es. Mi posición obviamente era que yo quería seguir viviendo, pero hay que aceptar lo que te toca".
-¿Y por qué crees que “te tocó” este difícil trance?
-Es una experiencia. Es algo que te toca vivir como un parto que es una experiencia traumática con un final feliz. O un accidente. Esta es una más. Mi posición obviamente era que yo quería seguir viviendo, pero si no me tocara eso, no me voy a ponerme a decir ‘Por favor un día más, una semana más’. Hay que aceptar lo que te toca.
-Tu manera de tomarte esta noticia no es la más común en la gente que vive una situación similar.
-Es que a mí me tomó en un momento en el que estaba muy bien parada en la vida. No tengo ningún pendiente. La vida no me debe nada y yo no le debo nada. Si tenía que ser, iba a ser. Lo que sí sé es que es una alerta, no hay que perder el tiempo ni preocuparse por pavadas. Yo hace muchos años que hago un trabajo espiritual y de trabajo interior, y todo eso me preparó para esto. No sé cómo hubiese sido si tuviera que empezar ahora con todo eso.
"La vida no me debe nada y yo no le debo nada".
-¿No te enojaste con lo que te pasa?
-¿Por qué? ¿A quién le voy a echar la culpa? El cáncer es una enfermedad que enoja, que crea resentimiento, es cierto. Muchos se paralizan cuando digo que tengo cáncer y me dicen que no lo llame así. Pero no, las cosas para aceptarlas hay que llamarlas por su nombre.
-¿Cómo lo tomó tu familia?
-Yo estoy casada hace 21 años, no tengo hijos, pero soy abuela. Mi pareja tiene dos hijas y una de ellas es madre. A esta altura, después de tanto tiempo, es mi nieto. Además tengo a mi mamá, mi hermana y una sobrinita. Pero el tema que más me preocupaba era mi madre, que es una persona grande que vive en Santa Fe y emocionalmente un poco inestable. Yo viajé especialmente para decírselo porque no quería que se enterar por una revista, por la tele o porque se lo contaron. Tampoco quería hablarlo por teléfono. Encima me agarró el tema de las cenizas y no podía viajar, tampoco podía ir en auto porque como estaba recién operada no podía manejar.
"Muchos se paralizan cuando digo que tengo cáncer y me dicen que no lo llame así. Pero no, las cosas para aceptarlas hay que llamarlas por su nombre".
-Ahora comenzás con radioterapia, pero no tenés que hacer quimioterapia…
-Por suerte no, aunque la peluca ya la tenía lista por las dudas. En Argentina no hay buenas pelucas, porque además de sufrir, la angustia y todo, tenés que verte mal y que todo el mundo vea que tenés una peluca; y eso no ayuda a que la mujer se restablezca mejor. Por suerte la ciencia está muy adelantada y es todo mucho menos invasivo. Antes perdías la lola, porque por las dudas se extirpaba todo. Es fundamental el tema de la prevención y conocer nuestro cuerpo. Si yo no me detectaba esto, recién la nueva mamografía me la iba a hacer en diciembre próximo. No hay que darle poder a la negación, si yo me hubiese ido con lo que me dio la médica, no lo hubiese detectado a tiempo.