Eran las diez de la mañana y Mirtha Legrand descansaba en su hogar de Barrio Parque cuando escuchó sonar su teléfono. Era su nieto, Nacho Viale, quien la llamaba para transmitirle la peor noticia: Juana Viale había perdido su bebé.
La diva, conmocionada, se mantuvo en contacto telefónico continuo con Ignacio y con Marcela, quien se encontraba en Paris en el momento de la internación de Juana y que ya tomó un avión para llegar al país por la noche.
Mirtha quiso acercarse en todo momento al Sanatorio de la Trinidad en el barrio de Palermo para acompañar a Juanita y a Gonzalo Valenzuela. Pero por recomendación de su nieto se quedó recluida en su departamento. A las 16 horas se retiró de su hogar en su auto y se especuló con que se dirigiría al sanatorio, pero minutos más tarde regresó a su casa.