Tuvo una vida tan larga como la obra que deja como legado. A sólo 55 días de llegar a los 100 años (los cumplía el 24 de junio), murió Ernesto Sabato, uno de los más grandes escritores y ensayistas de la literatura argentina.
El fallecimiento se produjo a la una de la madrugada del sábado 30 de abril, en su casa de Santos Lugares. Fue su colaboradora, Elvira González Fraga, quien confirmó su muerte. "Hace quince días tuvo una bronquitis", contó en diálogo con radio Mitre. "Estaba sufriendo hace tiempo, pero todavía pasaba algunos momentos buenos, principalmente cuando escuchaba música", le agregó al canal TN.
El túnel y Sobre héroes y tumbas son dos de sus obras más importantes, además de varios ensayos.
Además, Sabato tuvo un rol clave tras la vuelta de la democracia, como titular de la Conadep, (Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas), cuya investigación, plasmada en el libro Nunca Más, abrió las puertas para el juicio a las juntas militares de la última dictadura, en 1985.
En 1984 había recibido el Premio Cervantes, el más importante de la literatura de habla hispana.
El domingo 1º de mayo iba a ser homenajeado en la Feria del Libro por el Instituto Cultural de la Provincia de Buenos Aires, con motivo de su inminente centenario de vida.
Sus restos son velados en el club Defensores de Santos Lugares, frente a su casa, donde Sabato pasaba gran parte de sus mañanas jugando al dominó con amigos. Y a las 13 horas del domingo, el cortejo fúnebre llegará al cementerio privado Jardín de Paz, en Pilar.
Antes de morir, Sabato exigió que su velatorio fuera "austero", que no le enviaran flores ni coronas y que los gastos de esas exequias fueran donados en beneficencia. Que en paz descanse.