Antes del escándalo hay una historia. Antes del beso que cruzó la cordillera, hay un génesis. La relación entre Juana Viale y Martín Lousteau no nació el mismo día que un fotógrafo de la revista Paparazzi retrató el momento en que la actriz y el ex ministro de Economía de la Nación se mimaban en un auto, a plena luz del día, en pleno Palermo.
"Estaban juntos hace tres semanas", dice un allegado al economista. "Empezaron a verse cuando ella sintió que su relación con Gonzalo estaba terminada. Pero se conocían desde antes. Incluso compartieron algunas reuniones sociales cuando Martín aún salía con Rosario Ortega, la hija de Palito", agrega la fuente. "Pero de ninguna manera querían que saliera a la luz, al menos hasta un tiempo después del nacimiento del bebé", concluye.
"Ella estaba mal por cómo venía la relación con Manguera, por eso pasó a buscarlo a Lousteau por su casa. Quería verlo un rato. Fue una reacción de una adolescente. No midió que podían sacarle fotos, aunque sabe que las guardias periodísticas durante su embarazo eran comunes", aporta alguien que conoce mucho a Juana.
Del lado de Gonzalo Valenzuela, su tía y su hermana hablaron públicamente y contaron lo "destrozado" que está el actor chileno con esta situación. Pero por lo bajo, sus familiares reconocen que la relación con la nieta de Mirtha Legrand estaba muy mal. "Igualmente, él jamás se imaginó un desenlace así, por eso cuando se enteró no dudó un instante en irse de la casa que compartían", explican desde el país trasandino.
Con el Juanitagate en los kioscos, las peluquerías, los bares y las casas, Viale y Valenzuela tuvieron una charla para definir los pasos a seguir. Sobre todo por la crianza de Silvestre, el hijo que tienen en común (nacido en Chile), y que el 23 de enero pasado cumplió 3 años.
"Este tema lo resolveremos puertas adentro. Es un momento sumamente doloroso y sólo voy a ocuparme de proteger a mis hijos a mi marido", escribió Juana en la carta a los medios. Usó la palabra "marido", pese a que no están casados legalmente. A partir de ahí, no tardó en formarse la hipótesis de que ella haría un intento por salvar la pareja. No sería la primera vez que lo hace. De hecho ya tuvieron un impasse en su relación, antes de su segundo embarazo.
Al mismo tiempo, en la edición de este martes, el diario Crónica desliza la posibilidad de que Manguera solicite un ADN para corroborar la paternidad sobre el hijo que llegará en julio. El final de esta historia que supera a cualquier culebrón de Pol-Ka, más abierto que nunca.