Luego de luchar por más de 10 años contra un cáncer de mama, Patricia Miccio falleció a los 56 años. La noticia de su pronta partida conmocionó al ambiente artístico y a la población en general. Y su recuerdo será el de una luchadora incansable, una hermosa mujer y un ser maravilloso.
La última vez que la conductora se mostró en público fue el último verano en Punta del Este, en aquella oportunidad habló con Caras y Paparazzi sobre su enfermedad, y aseguró: “Le voy a volver a ganar al cáncer”. Lamentablemente Patricia no logró vencerlo, pero dejó la vida en su lucha. Y la peleó hasta el final. Ciudad.com investigó cómo fueron sus últimos días.
Si bien inicialmente había superado a la enfermedad, desde el año pasado atravesaba una recaída y luego de sus días de descanso en la costa uruguaya, Patricia se refugió en su departamento ubicado en el barrio de Palermo. Pese a intentar una vez más con la quimioterapia, el cáncer avanzaba. Aunque nunca bajó los brazos, el último mes fue el más duro: casi ni salía de su hogar, lo hacía en escasas ocasiones, siempre acompañada: ya sea por sus hermanas; por su pareja desde hacía 6 años, Alberto "Beto" Vijnovsky; o por sus hijos, Francis (24) y Axel (14).
Hace poco más de una semana, Pato, como la llamaban sus amigas, cumplió años, pero ella prefirió organizarle un festejo a su marido, quien cumplió un año más de vida un par de días antes. "Luego de su cumpleaños, ella no salió más a la calle", cuenta un allegado.
Hace 15 días, un médico fue a su casa y eso provocó mucha preocupación en una de sus amigas, Carmen Yazalde, quien además era vecina de Miccio: "En esos días me la crucé un par de veces por la calle, mientras caminaba con sus hermanas. Yo creo que nunca bajó los brazos. Las hermanas me decían que estaba bárbara, y era lógico, porque jamás bajó los brazos y hasta se animó a festejarle el cumpleaños a su marido. Pero cuando vi que se acercó un médico hasta su casa, me preocupé”.
Su muerte se produjo durante la madrugada del miércoles 6 de abril de 2011, mientras dormía en su casa. Y su pronta partida provocó un gran dolor, pero Patricia Miccio quedará en el corazón de quienes la conocieron (ya sea en persona o a través de la televisión), por haber participado activamente en la colaboración con las mujeres que padecen su misma enfermedad, y por haber enfrentado con enorme valentía al cáncer. Ni la muerte logrará matar su ejemplo de vida.