Llegó el día. El más esperado por la bella Luisana Lopilato y quizás el de más nervios para Michael Bublé. O por lo menos, eso es lo que parece, si se echa un vistazo a las imágenes de los novios enamorados, felices y por supuesto, casados.
Como era de esperarse, la millonaria boda de Bublé y Lopilato, que terminó opacada por un hecho delictivo en la casa de Luisana, cumplió con las expectativas no sólo de la flamante pareja, sino de los familiares y amigos que acudieron a la estancia Villa María en Cañuelas, en donde se celebró el casamiento.
Arrancó temprano. Desde antes de las 18, la estancia fue recibiendo invitados famosos como Martín Seefeld, Rodolfo Ranni, Christian Sancho, Benjamín Rojas, Guillermo Francella, Osvaldo Laport y Jorge Ibañez, quien además de asistir a la fiesta, fue el encargado de hacerle el vestido que la estrella de la noche lucirá en su boda en Vancouver, Canadá.
Después del civil el jueves por la tarde, Mike y Luli se acercaron al altar y dieron el sí en un lugar que también era digno de película: 74 hectáreas arboladas, 11 suites (la estancia funciona también como un hotel) canchas de polo, entre otras lujosas instalaciones.
Los novios estaban impecables. Luisana lució un vestido digno de princesa de cuento de hadas diseñado por la prestigiosa Sylvie Burstin y Michael fue enfundado en un carísimo traje Gucci.
Como ya se había anticipado, Ricardo Montaner fue el elegido para cantar en la fiesta y según trascendió, Michael Bublé también subió al escenario para cantarle “una canción sorpresa” a su esposa.
“Me llamó (Michael Bublé) con la intención de contratarme, pero de ninguna manera podría cobrarle. Me pareció cool que un colega me llamara y dijera 'yo soy cantante y a mi mujer le gustan tus canciones. La quiero sorprender contigo en su casamiento'. Ante un gesto así, no se puede establecer un precio", confesó Montaner antes de la boda.
Ahora, Mike y Luli ya son marido y mujer para la Argentina. Sólo resta repetir toda la fantástica boda en Canadá, el país natal de Bublé.