Las cinco y cuarto de una mañana que comienza a armarse. El sol de verano se mete de a poco en las callecitas de Buenos Aires. Una de ellas, en el barrio de Colegiales, presenta la paz típica de enero, sin el tráfico que desde marzo la despabilará a puro bocinazo.
“Acá vive Andrés Calamaro desde hace algunas semanas”, comenta un vecino de la zona, señalando un tradicional edificio porteño donde el cantante tiene su estudio de grabación. La convivencia con Julieta Cardinali (33), su esposa desde el 23 de julio de 2010, es cosa del pasado. La crisis desatada cuando la actriz supo que el músico hacía de las suyas, durante una gira por Chile, derivó en la separación de una pareja que vivió cinco años y medio de amor, cuyo fruto es Charo, que el domingo 9 de enero sopló cuatro velitas.
En estos días a Calamaro se lo vio con una chica rubia. A veces bajan al kiosco a comprar algunas cosas”, apunta una vecina.
“En estos días a Calamaro se lo vio con una chica rubia. A veces bajan al kiosco a comprar algunas cosas”, apunta otra vecina. ¿Rubia? ¿Será Micaela Breque, la famosa tercera en discordia que le dijo a Ciudad.com que no conocía a Calamaro ni había estado en Chile, pero luego un video la desmintió por completo? La respuesta llega a las cinco y veinte de esa misma madrugada: con un sombrero puesto, Andrés sale del edificio junto a esa “rubia”, y la acompaña hasta la calle, donde la espera un taxi.
La chica, con anteojos de sol, se sube al auto y se pierde por las calles de Colegiales. Pero de Micaela Breque sólo tiene el color de pelo. Sin embargo, su rostro suena familiar: quien acaba de pasar la noche con Andrés Calamaro (49) es Mariana Diarco (21), la vedette que se hizo famosa tres veranos atrás, cuando protagonizó un escándalo con Jorge Corona y esposa, a quien acusó de maltrato durante un viaje del elenco teatral en combi.
Mariana Diarco es una vedette que se hizo famosa tres veranos atrás, cuando protagonizó un escándalo con Jorge Corona y esposa.
Pero hay más noticias para este boletín. En marzo de 2009, Diarco le había confesado a la revista Paparazzi: “Fui novia de Andrés Calamaro cuando tenía 16 años”. Y dio detalles: “Salimos seis meses durante 2005. Para mi edad fue mucho tiempo. Yo acababa de volver de Miami, donde viví 9 años con mi mamá, y al poco tiempo de estar en la Argentina lo conocí por amigos en común. Al principio no lo reconocí, porque prácticamente me había criado fuera de mi país”.
Los 28 años de diferencia, según explicó Mariana en su momento, no habían sido una traba para ellos: “Ni siquiera fue un tema de charla. Cuando empezamos a salir, dejamos que fluyera. Incluso cuando le hice algún chiste a Andrés con el tema, no le gustó ni un poquito. El único prejuicio era del entorno. ¡Mi familia no quería saber nada con que saliera con alguien tan mayor! Les encantaba Andrés como persona, pero no como novio de la nena”.
En aquella entrevista, Diarco dijo que se separaron “porque me enteré que estaba con otra chica. Pero bueno, yo no era tonta. Sabía que se iba de giras y que podía darse que conociera a otras chicas. Más allá de eso, la relación terminó bien”.
Tal vez ese final pacífico, “en buenos términos” como suele decirse, le abrió la puerta a este reencuentro, ahora que Andrés Calamaro ya no vive bajo el mismo techo que Julieta Cardinali. Porque como canta el protagonista de esta historia, no se puede vivir del amor.