Diecinueve personas encerradas en una casa, sin nada importante que hacer fue el caldo de cultivo ideal para hacer honor al día. La producción del programa se encargó de elegir a los "hermanitos" que llevarían adelante la premisa: Cristian U, Leandro, Emiliano y Emanuel, aunque el primero fue el que se llevó “todas las palmas” por su actuación.
La estrategia comenzó a gestarse por la tarde, cuando los cuatro elegidos acordaron simular que “Gran hermano” los había sancionado por complotar. Durante el día se los vio cuchicheando, protestando y refunfuñando, como a la espera de una sanción que, como mínimo, los deje en placa. Incluso sostuvieron la parodia cuando ninguno de sus compañeros los registraba.
A su vez, para poner una nueva cuota de realismo, los involucrados armaron sus valijas y comenzaron a echarse culpas mutuamente ante la mirada absorta del resto. Luego, a las 21, con la edición central al aire por Telefe, “Gran Hermano” llamó al confesionario a Cristian U. y le pidió que llevara las cosas un poco más lejos: que armara su valija enfurecido y con ella se dirija a la puerta de entrada, como si realmente fuera a abandonar la casa.
Vale recordar que los antecedentes en “actuación” no habían sido de lo mejor para Cristian U., ya que ayer, cuando recibió la carta del complot terminó levantando sospechas cuando nadie le creyó las mentiras que dijo al justificar el tiempo prolongado que pasó en el confesionario.
Pero la broma del “Día de los inocentes” le salió bien, y la mitad de los participantes corrieron hasta la puerta para tratar de convencerlo de que no se vaya o, y hasta intentaron impedirlo hasta por la fuerza. Acto seguido, cuando “Gran Hermano” dio la orden para que dijera la verdad, casi todos se lo tomaron a risa, y el que no lo hizo, sonrió en la cena, ya que como premio por la broma la producción les regaló a todos un helado de postre.