Todo ocurrió en Mar del Plata, en la noche navideña del sábado 25. En el teatro Tio Curzio se desarrollaba un nuevo ensayo de Fortuna 2, con Ricardo Fort, cuando -según testigos cercanos- Leonel Delménico, marido de Claudia Fernández, vedette del espectáculo, habría encarado de modo violento a Alejandro Arellano, productor de la obra.
Delménico habría agarrado del cuello a Arellano, y al grito de "Vos estuviste hablando de mi mujer, te voy a c... a trompadas", habría intentado agredirlo. En ese momento intervinieron los custodios de Fort para separar la pelea y -según los mismos testigos- uno de ellos recibió una trompada en el rostro. Al final los custodios del millonario pudieron controlar el escándalo y se terminaron las agresiones físicas.
¿Pero por qué se generó el enojo de Delménico? Al parecer, en una reunión privada entre Fort, Arellano y algunos amigos, habrían repasado la vida amorosa de Claudia Fernández, entre otras damas del espectáculo. El chisme llegó a los oídos de la uruguaya que, ofendida, se lo contó a su marido.
Al final, las piñas dieron paso a las consecuencias legales. Fort discutió con Claudia Fernández: "Lo que nosotros hablamos fue en una reunión privada. Y yo no tengo porqué dar explicaciones de lo que hablo con mis amigos. Decime quién te lo contó", la increpó el millonario. La negativa de la uruguaya a confesar cómo le había llegado el comentario provocó el despido de Félix, amigo, "gato" de Fort, y sospechoso de haber llevado el chisme. Alejandro Arellano, en tanto, se presentó en la comisaría para denunciar a Delménico por agresión.
¿Y Claudia Fernández? ¿Renunció? Hay quienes dicen que la uruguaya estaba buscando un motivo para desvincularse de la productora, y que los supuestos comentarios le habrían servido como justificativo perfecto. Pero ella desmiente su renuncia. ¿Cómo seguirá esta historia? Seguramente con una pulseada econónomica: la vedette pretenderá cobrar su contrato, y Arellano intentará demostrar que en realidad ella renunció.
Lo cierto es que la temporada 2011, que todavía ni siguiera empezó, ya tuvo su primer gran escándalo. ¡Bienvenido, verano!