No más bollos de pañuelos descartables y rímel corrido. A cinco meses del fin de su matrimonio con el basquetbolista Bruno Lábaque, dice que ya no llora cuando le preguntan por la separación del padre de su único hijo, Felipe, de tres años y medio. “No me sensibiliza como al principio, que me tocaban el tema y rompía en llanto y me angustiaba. Por suerte ahora es algo asumido y digerido”, cuenta la gran morocha argentina. “No teníamos bienes en común, así que la parte legal de la separación fue simple. Él se fue a vivir a Córdoba porque firmó para el club Atenas por dos años, y yo me mudé para tratar de estar en un lugar nuevo”, explica.
-¿Cómo se llevan ahora con tu ex?, porque van a seguir ligados de por vida por el hijo que tienen en común.
-Como suele pasar en estos casos, desde que nos separamos la relación es mucho mejor. Por supuesto que hay idas y vueltas, desencuentros y cosas en las que no te ponés de acuerdo. Por algo te separás. Pero el tiempo hará que se solucione cualquier roce o diferencia que teníamos, porque cada uno hará su vida y las heridas se irán cicatrizando.
-¿Ya están legalmente divorciados?
-En realidad, para que salga el divorcio hay que esperar a que se cumplan los tres años del casamiento, que será el 3 de marzo de 2011. Pero sí está la sentencia de separación de hecho, que es lo mismo que el divorcio, pero con la bendición de que no me puedo volver a casar, al menos hasta que salga el divorcio (risas).
-Más allá de que no vuelvas a casarte, ¿estás abierta nuevamente al amor?
-Nooo, ni siquiera es algo que me lo haya planteado. Mi ideal hoy es no tener nada serio con nadie. No me interesa que nadie me pregunte adónde voy ni que estoy haciendo ni nada por el estilo. No quiero dar explicaciones ni gastar energía en eso. Sí estoy totalmente abierta a pasarla bien.
-¿Y cuál es la actitud de los hombres ante esa predisposición a pasarla bien?
-No me fijo en eso, no me importa. Mientras no se mal-enganchen, todo bien. Tampoco es que estoy de revoleo y soy un tiro al aire, porque no puedo, en mi condición pública no da. Pero sí estoy en un momento de egoísmo en mi vida, que sólo pienso en mí. Y en mi hijo, obviamente.
-¿Algún famoso se te acercó desde que se hizo pública tu separación?
-No, para nada. Y si pasara también te diría “no, para nada” (risas).
-Hablemos de trabajo. La última vez que fue a Animales Sueltos, dijiste que la pasaste mal y que hubieras preferido no compartir el living con él. La próxima vez que Fort vaya al piso, ¿le vas a pedir a la producción faltar al programa?
-Sí, pero sin exigir nada. Yo estoy laburando y gano un sueldo, entonces haré lo que me digan. Si se puede, ese día me encantaría salir a hacer una nota o un móvil, preferiría no cruzármelo porque es agresivo y me pone mal. Me desenergiza.
-Al estar en un programa que entre otras cosas analiza lo que pasó en la televisión durante el día, ¿más allá de tus diferencias con Fort lo ves cuando aparece en los otros programas?
-Sí, por supuesto. Al principio Fort me entretenía, después me dio rechazo, y cuando sentí que me faltó el respeto me empezó a molestar. Pero es un personaje tan gracioso desde el ridículo, que en un punto me divierte. Es muy ridículo.
-¿Qué pasa si el día de mañana Fort te ofrece una fortuna para hacer teatro con él?
-A mí me ofrecieron para estar en su obra en el verano pasado, en Mar del Plata, pero no quise ni escuchar la cifra, no me interesó. No todo es la cantidad, también importa la calidad, y no me parecía atractiva la propuesta artística. Yo no empecé recién en el medio, entonces cada decisión que tome me puede perjudicar o favorecer mucho.
-¿Con las hermanas Escudero, con quien también te enfrentaste, te pasaría algo similar?
-Naaa. Aunque parezca raro, también me llamaron para estar con ellas en teatro. Pero no la rechacé para evitarlas, sólo que preferí la propuesta que me hizo Darío Arrellano, que además de estar armando una obra de calidad, reunió un elenco con el que se hará mucho más fácil convivir: "El Puma" Rodríguez, Juan Alberto Mateyko, Gladys Florimonte, "La Mole" Moli y creo que arregló Virginia Gallardo. Hay un material humano importante, y para convivir tres meses en una temporada eso es decisivo.