Mirtha Legrand siempre había sido considerada un referente de los buenos modales y el vocabulario adecuado, hasta que Chiche Gelblung decidió desmitificar esta idea y puso al aire un tape en el que se mostraba a la señora, en medio de una grabación de su ciclo, enojada con su equipo y pronunciando la famosa frase: "Demasiado esfuerzo hago, carajo, mierda". A partir de ese momento, Mirtha fue humanizada por el gran público: ya no era "la señora correcta", sino alguien común que se comportaba muy bien ante las cámaras.
Sin embargo, ella se mostró muy molesta con la aparición de dicho material y hasta se enemistó con Chiche Gelblung. A diferencia de los programas de archivo que se hicieron una "panzada" con esta "joyita" que, hasta el día de hoy, se sigue reproduciendo. No obstante este mediodía, lejos de ser los otros los encargados de recordarle este momento a la conductora, fue ella misma. Pero la recapitulación no fue gratuita, sino que tuvo mucho sabor a reproche y acusación.
El momento surgió cuando Karina Mazzoco, una de las invitadas de su mesa, le envió un beso a Cármela Bárbaro, compañera de "Mañaneras", pareja de Gerardo Rozín (productor de ese ciclo de América) y recientemente mamá: "Nació Elenita, una beba divina", dijo, pero Mirtha, lejos de atender a este mensaje, decidió virar hacia otro carril: "Rozín fue productor mío, y siempre pensé que esos dos exabruptos que yo dije, los había entregado él, porque en ese momento estaba conmigo", sorprendió "la reina de América". Y ante la duda de Mazzoco, siguió desarrollando: "Después él pasó al 9, pero a mí me quedó esa duda".
A continuación, las comensales le dirían que el "carajo, mierda" se fue convirtiendo en una marca registrada, pero "la Legrand" pidió cambiar de tema. De este modo, y tal es su costumbre en este último tiempo, Mirtha decidió hacer una confesión "tardía" sobre un hecho ocurrido en el pasado; ¿será una modalidad que seguirá adoptando en el futuro?