Lady Gaga salía del aeropuerto de Heathrow (Londres) como siempre: radiante y espectacular, pero terminó por dar una imagen más que ridícula.
La cantante de 24 años tenía unas botas con más de 30 centímetros de taco y un vestido de cuero más que ajustado, una combinación letal para caminar con glamour. Por eso, ni bien hizo unos pasos se fue de boca al piso adelante de mucha gente que esperaba sacarse una foto con ella o verla de cerca (y sí, terminaron a las carcajadas bárbaras).
Hace unos días, Lady Gaga contaba que le asustan los niños y que ahora no quiere ser madre porque la maternidad afectaría a su creatividad.